rememorando algunas cosas de mi importancia, antes que siga haciéndose más tarde. A continuación, haré una cabalgata de largo aliento, separada cada tanto por tres puntos suspensivos. ¡Gracias por leer y buen resto de martes y semana!
Nicolás
"En una impostergable cita, el 10 de abril, fui a ver a mi amigo N.D.B en su lectura en la preciosa libreria Los Hermanos Tanner. 2 horas y media de maratónica lectura. En una palabra: INTENSO." MGN
Recibí un mail de la artista
Mariana González Navarro, un mail en cadena, que consistía en esta foto de más arriba y esas dos líneas "entrecomilladas". Treinta y dos días pasaron de aquel sábado de abril en "la última librería de casta", la de
Los Hermanos Tanner, Luciano y Diego. Lectura que me hizo volver con aires renovados e ideas más claras en cuanto a donde ajustar algunas prosas y muchos tantos versos, durante mis horas infranqueables de estado
CELSEC (culo en la silla escribiendo constantemente). Las lecturas en público, en lo personal, me sirven de testear y sacar a pasear textos que se toman su tiempo de cocción y que no puedo apurar bajo ninguna circunstancia, también las lecturas cumplen funciones de despejamiento y disfrute, por así decirlo: uno se despeja un poco y sociabiliza en cantidades. También para leer lo mejor posible, como si fuera con la emoción de la primera vez quizás, poemas que llevo años leyendo y que seguirán siempre conmigo. Aquella fue una lectura seguida con mucho cariño y atención por todos los que la presenciaron. Aprovecho para agradecer aunque tardíamente -por la infrecuencia con la que suelo actualizar el blog- lo charlado muy fluidamente con
Christian Vallini Lawson,
Florencia Martinez,
Martín Palacio Gamboa -quien me obsequió su muy recomendable
Lecciones de antropofagia- y
Ego Producciones, entre otros. En
http://www.siendoaquiyahora.blogspot.com/ hay una breve crónica de lo acontecido en lo de Los -queridos- Hermanos Tanner esa tarde.
Uno de los anfitriones Tanner, Luciano, el
librero humanoide, editó el imperdible
Manifiesto Rozz Tox, escrito en 1979 por
Gary Panter, "el rey del arte punk". Traducido por el mismo Luciano en colaboración con su novia, vale la pena pegarle una leida minuciosa proximamente. Aquí, transcribiré el artículo 5 de dicho manifiesto:
" ¡Cierren los bares! Nosotros exigimos centros de comunicación bien iluminados donde sirvan gaseosas y leche. Nosotros exigimos que ese top 40 de la radio se detenga. Y esto para los modernos ejecutivos del entretenimiento: sabemos cuando reír. Las máquinas no, y es irritante escucharlas reír cuando no es el momento. Se ríen por nada y nada es gracioso."
Unas semanas después, se presentó en la librería el libro de M. Palacio Gamboa, editado por
El Suri Porfiado Ediciones y del que a continuación también subiré un poema perteneciente a la serie
Nigredo (2da parte de las
Lecciones)
:
III
Observo la vinagrera
y mido en ohmios la estatura de los duendes.
Retomo como al descuido
el silabario del gallo visigótico.
Gira un río naciente del muñón,
durmiéndose ante un violín de advertencias luminarias.
...
El fin de semana siguiente, me encontró instalando un pequeño sonido, en un ciclo de recitales sin público, filmados en distintas terrazas de la Ciudad y que proximamente van a ir saliendo por volúmenes en Internet. Hasta el momento grabaron en las terrazas
Diosque,
Aldo Benitez,
Yilet,
Panda Rojo y
Alan Courtis
...
Mientras empiezan a quedar lejos las épocas del
Monte Análogo, el martes 20 volví a salir al aire por
unaradio, en esta ocasión como invitado en el programa de entrevistas
Cazadores de Tornados, que conduce
Cristian Estrella, otrora el mismísimo
Gato de Quilmes, mentor en los noventa del fanzine
Petronilo, el infame muñeco de papel. Transmisión radial bastante peculiar y accidentada, transmitida desde un bar con wi-fi por la zona de San Telmo y que terminó abruptamente desde el asiento trasero del automóvil que yo conducía...Antes que el bar cerrara, la jarra de un litro de cerveza que había sobre la mesa cayó sobre la laptop manzanita del conductor y sobre los muchos compacts y libros que había llevado para compartir al aire. Entre ellos, "
La siesta del ciprés" (
Spekk, 2010) de
Federico Durand, cd recién llegado del lejano oriente y el libro de
Carolina Esses editado por
Bajo la luna,"
Temporada de Invierno", que se presentó ese mismo día por San Telmo, en la librería
Fedro y del que finalmente no pude leer al aire el poema suyo que tenía pensado y que tras los dos puntos transcribiré en este preciso instante de mi ejemplar dedicado por la autora aunque muy machucado aún por la beer:
¿BASTARÁ CON UN VIAJE en tren
de provincia a capital
para ver desplomarse desde el cielo
piedras, transparentes planetas
uno por cada uno de nosotros?
Creí que era la ira de Dios, dijiste
pero estabas a salvo del vértigo
deslizándote a la velocidad justa
mientras la ciudad se iba cubriendo de hielo.
La ira de Dios, pensé, en alguien
tan poco proclive a las creencias.
Aquí los links de las dos partes del programa
Cazadores de Tornados para escuchar:
http://www.unaradio.com.ar/programa/95-felipe-nicola-s-dominguez-bedini-12
http://www.unaradio.com.ar/programa/cazadores-de-tornados-95-felipe-nicol-s-dominguez-bedini-22
(Lástima que no quedó tiempo para hacer sonar a
Menos que Cero,
Dios,
Isabelasnacho,
Satélite,
Zazek,
Los Profetas Eléctricos,
Bobo,
Stimu,
Virulana y sus petzales,
Ariel Pieragostini y un largo etcétera. ¿Sonarán en la Temporada 2020 de Cazadores de Tornados?)
...
Enterarme sorpresivamente por las publicidades en la vía pública, del regreso de los
Peligrosos Gorriones, no me pasó desapercibido. Hacía rato que no ponía a contrastar
mis recuerdos tan cerca del escenario (
http://www.flickr.com/photos/agustina_arcondo/4553287965/in/photostream/). Al terminar el recital, sólo me crucé con
Pablo Reche y ambos coincidimos en la rotunda atemporalidad de las canciones y que los Gorriones sonaron mejor que nunca. También hablamos de la importancia de los recitales en la vida de cada uno. Fue bueno haber estado ahí!
...
"...
Los poetas no podemos hacer el ridículo...Sé que la poesía interviene en la realidad...La poesía es una buena metáfora para hablar de nuestro mundo...La poesía es un acto de pertenencia...La poesía es palabra...es un idioma común...Las palabras son un espacio público...La individualidad del poeta es la responsabilidad del ciudadano solitario...La poesía, esto es lo que yo he querido defender esta tarde." Sentenció
Luis García Montero, en
Las independencias del poeta , conferencia que dió en su breve paso por la
Feria del libro con motivo del Día de España. Conferencia generosa en cuanto a poetas citados (Lope de Vega, Enrique Molina, Luis Cernuda, Pablo Neruda, Miguel Hernández, y otros pesos pesados...) y a ideas expuestas que traté de apuntar lo más rápido que pude. Día y medio después, García Montero leyó en la ciudad de La Plata, lectura a la que asistí y en la que terminé aplaudiéndolo a rabiar, infinitamente agradecido como en el día de "Las independencias..." ¡Gracias Luis y hasta la próxima visita!
...
A veces, cuando entro a la página de
yahoo para revisar el correo electrónico, me sobresaltan las noticias de su noticiero, al que de soslayo siempre intento ignorar. Aquella semana de abril llegué a leer:
GANADOR DEL CERVANTES SUFRE PERCANCE CON CAÍDA DE PANTALONES
Se trataba del poeta, escritor y ensayista mexicano
José Emilio Pacheco, al que descubrí muchos años atrás, gracias a la revista de poesía
La Danza del ratón. Dicha entrañable revista, en su número 13 de 1996, publicó un poema de J.E.Pacheco. Fue lo primer que leí de él. Tiempo después conseguí
Las batallas en el desierto , su espléndida e insuperable novela y empecé a adentrarme también en otros poetas mexicanos y del
mundo vasto mundo. El poema que publicó
La Danza del ratón se llama
Una defensa del anonimato y fue publicado previamente en el periódico mexicano Sábado, dentro del Suplemento “Uno más uno”, el 21 de mayo de 1983.
Una defensa al anonimato
(Carta a George B. Moore para negarle una entrevista)
No sé por qué escribimos, querido George,
Y a veces me pregunto por qué más tarde
publicamos lo escrito.
Es decir, lanzamos
una botella al mar que está repleto
de basura y botellas con mensajes.
Nunca sabremos
a quién ni adónde la arrojarán las mareas.
Lo más probable
es que sucumba en la tempestad y el abismo
en la arena del fondo que es la muerte.
Y sin embargo
no es inútil esta mueca de náufrago.
Porque un domingo
me llama usted de Estes Park, Colorado.
Me dice que ha leído lo que está en la botella
(a través de los mares: nuestras dos lenguas)
y quiere hacerme una entrevista.
¿Cómo explicarle que jamás he dado
una entrevista
que mi ambición es ser leído y no “célebre”,
que importa el texto y no el autor del texto
que descreo del circo literario?
Luego recibo un telegrama inmenso
(cuánto se habrá gastado usted, querido amigo, al enviarlo).
No puedo contestarle ni dejarlo en silencio.
Y se me ocurren estos versos. No es un poema.
No aspira al privilegio de la poesía (no es voluntaria).
Y voy a usar, como lo hacían los antiguos,
el verso como instrumento de todo aquello
(relato, carta, tratado, drama, historia, manual agrícola)
que hoy decimos en prosa.
Para empezar a no responderle diré:
No tengo nada que añadir a lo que está en mis poemas,
no me interesa comentarlos, no me preocupa
(si alguno tengo) mi lugar en “la historia”.
Escribo y eso es todo. Escribo: doy la mitad del poema.
Poesía no es signos negros en la página blanca.
Llamo poesía a ese lugar del encuentro
con la experiencia ajena. El lector, la lectora
harán (o no) el poema que tan sólo he esbozado.
No leemos a otros: nos leemos en ellos.
Me parece un milagro
que alguien que desconozco pueda verse en mi espejo.
Si hay un mérito en esto –dijo Pessoa-
corresponde a los versos, no al autor de los versos.
Si de casualidad es un gran poeta
dejará tres o cuatro poemas válidos,
rodeado de fracasos y borradores.
Sus opiniones personales
son de verdad muy poco interesantes.
Extraño mundo el nuestro: cada vez
le interesan más los poetas,
la poesía cada vez menos.
El poeta dejó de ser la voz de la tribu,
aquel que habla por quienes no hablan.
Se ha vuelto nada más que entertainer.
Sus borracheras, sus fornicaciones, su historia clínica,
sus alianzas y pleitos con los demás payasos del circo,
o el trapecista o el domador de elefantes,
tienen asegurado el amplio público
a quien ya no le hace falta leer poemas.
Sigo pensando
que es otra cosa la poesía:
una forma de amor que solo existe en silencio,
en un pacto secreto de dos personas,
de dos desconocidos casi siempre.
Acaso usted leyó que Juan Ramón Jiménez
pensó hace medio siglo en editar una revista poética
que iba a llamarse Anonimato.
Anonimato publicaría poemas, no firmas:
estaría hecha de textos y no de autores.
Y yo quisiera como el poeta español
que la poesía fuese anónima ya que es colectiva
(a eso tienden mis versos y mis versiones).
Posiblemente usted me dará la razón.
Usted me ha leído y no me conoce.
No nos veremos nunca pero somos amigos.
Si le gustaron mis versos
¿Qué más da que sean míos/ de otros/ de nadie?
En realidad los poemas que leyó son de usted:
Usted, su autor, que los inventa al leerlos.