Momento
En un templo románico las piedras
redondas, que los rezos y las generaciones
gastaron, humildemente callaban,
mientras dormían sombras en el ábside
como murciélagos en abrigos de invierno.
Salimos y relucía un sol pálido,
débilmente nos llegaba la música
de un coche, había dos arrendajos
que nos miraban con mucha atención,
hilos de nostalgia llevaba el aire.
Este momento es tan impertinente
que se permite una existencia frívola
al lado mismo de este antiguo templo,
que se encuentra ya muy cansado,
y esperando millones de años próximos,
próximas guerras, eras geológicas,
cambios climáticos, treguas, congresos,
este momento, que aunque sólo sea
un mosquito, una mosca, polvo, aliento,
se ha encendido por todas partes,
llegando al interior de la hierba azorada,
vive en los tallos y en los genes
y en las pupilas de nuestros ojos.
Este momento, mortal como tú
y yo, estaba repleto de felicidad
sin sentido, sin límite, loca, como sabiendo
algo que no sabíamos nosotros.
De Adam Zagajewski Tierra
del fuego (2004. Barcelona: El
Acantilado. Traducción de Xavier Farré Vidal.)
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