Art
Pepper Hit Town
Para Sue y Peter Straub
“I
could taste my brains in my throat”.
Art
Pepper
Cuando
ya no entiendo nada
y
el miedo sube por mis venas con todo su silencio
y
me atrevo a salir con verdadera melancolía del conocimiento
y
me encuentro con viejas fotografías
y
descubro esos ojos abiertos bajo la luna marchita
y
no hay predicción que pueda romper los huesos despiertos
y
me quedo en la cocina de mi casa por horas,
tomando
vino,
contemplando
el pasar de los días,
hablando
extrañas lenguas:
What´s new then?
Nothing yet.
Sólo
que Art Pepper ha pasado por aquí
y
me ha dado tan duro en la cabeza
que
por horas no pude dormir pensando en esa música
en
esos gestos furiosos, en esas batallas humillantes:
en
el camino, junto a los demás,
en
medio de la selva, en las cárceles del sueño,
en
las desembocaduras de los ríos,
pude
escuchar esa melodía dispuesta a renacer,
a
enfrentar de nuevo las noches interminables,
y
es esa melodía,
esa
única, sola, obstinada, persistente melodía
la
que me ha mantenido despierto,
martillándome,
llamándome, exaltándome,
Make
a list, make a wish
Make
a list, make a wish…
Después
de la explosión las luces se fueron apagando
y
afuera, en la calle,
los
cuerpos se movían lentamente entre los gritos de los jóvenes
de
la discotheque,
empujándose
los unos a los otros
junto
a los paquetes de periódicos del domingo:
coches
amontonados cerca de las aceras,
fábricas
latentes contra un cielo adormecido
-el
amarillo, inexistente cielo de Londres-,
restos
de comida, latas de jugo de naranja,
vasos
de plástico con café frío,
chicos
que duermen contra valijas inmensas,
y
ese saxo, como viniendo del más allá,
seguía
nombrando lugares
(San
Quentin? Terminal Island?)
como
en una danza de artes marciales,
reflejando
en los espejos mariposas nocturnas luchando contra enemigos invisibles.
(Mientras
tanto, voces de enamorados, acurrucados, soñadores,
comían
papas fritas y oliendo a cerveza y a pescado,
discutían
el tiempo de volver).
En
el rincón del jazz club hay un ahorcado
aullándole
a la luna ausente.
What´s new?
Nothing yet.
Nacimiento
y renacimiento
volver
a vivir para morir dignamente,
ciclos
de lluvia y el aroma de la venganza
en
el umbral de un escenario imaginario.
¿De
dónde viene tanta sabiduría
esta
alegría sostenida por las víctimas de injusticias nocturnas,
de
pulmones en forma de corazón?
Lo
importante no es el éxito
y
sin embargo sin éxito las hazañas no son asombrosas:
un
coche rojo, nuevo,
-él
mismo lo dijo-
es
el testigo de una búsqueda rabiosa.
¿Qué
hay del otro lado de la verdad?
Central
Avenue, en Los Angeles,
es
un vaso de cerveza roja en un club de jazz en Londres
donde
nos encontramos absortos, sin mezquindades,
buscando
una apertura que nos exponga a los demás,
y
es como si Art Pepper ha encontrado ese agujero en el sueño
para
que todos nosotros entremos
y
en el esplendor de su vuelo,
en
la magia de su rigurosa alegría,
nos
iremos perdiendo sin temor:
una
frase detrás de la otra
un
escalofrío detrás del otro,
y
las pasiones van surgiendo siempre en la lucha desigual,
y
en esa comunión prohibida hay un triunfo,
hay
una mujer pequeña a nuestro lado saltando y gritando,
hay
un júbilo desbordante, una euforia que nos cicatriza.
El
ahorcado mastica su boleto sin retorno,
y
los músicos continúan sus conversaciones,
ajenos
a esas circunstancias.
What´s
new?
Nothing yet.
Sólo
el coche nuevo, rojo,
y
esa melodía que se repite una y otra vez,
y
nuestro gato, Sibelius,
que
ha vuelto después de tres semanas de ausencia:
su
plato atraía ya unas pocas moscas.
Pero
ahora ha vuelto y yo sospecho
que
la única razón es que Art Pepper is in town:
nosotros
le estamos muy agradecidos.
At Ronnie Scott´s
Junio/80.
Coda suburbana: Yo
tenía 7 años en abril de 1981, edad que me llamaba poderosamente la atención a raíz
del título de un cassette de León Gieco
que me habían regalado meses antes que justamente se titulaba 7
años… Mi madrina formaba parte de un coro que ensayaba una vez a la
semana, los sábados por la mañana en un complejo que quedaba en el centro de
San Miguel y en donde al fondo había una pileta de natación climatizada y
delante un centro de estudios culturales. Los ensayos duraban varias horas pero
no se extendían más del mediodía dado que siempre regresaba con mi madrina a
almorzar a la casa de mis abuelitos, donde ella aún vivía. Recuerdo nítidamente
esas mañanas de sábado, leyendo solo en el hall de Centro Estudio –así creo que se llamaba el complejo- mientras el
coro ensayaba puertas adentro. Me gustaba estirarme entre los sillones para hojear
las revistas que había en una mesa ratona y que no se parecían en nada a las
que conocía de consultorios médicos o laboratorios de análisis clínicos como Siete
Días, Radiolandia 2000 o la Revista Selecciones de Reader´s Digest en español. Aquellas
publicaciones que miraba los sábados por la mañana me resultaban muy extrañas
para mi corta edad. Hoy, cuarenta años después, entiendo que dispersas entre
esa mesa ratona había plaquettes de
poesía y revistas subte, folletos,
muchos folletos y también estaban todas las Mutantia editadas hasta ese momento
y el periódico Buenos Aires Herald,
no mucho más.
Fue allí en Centro
Estudio mientras el coro ensayaba donde leí por vez primera este poema de Gregorio Kohon pero lo relacioné directamente
con los Beatles, dado que el director del coro era fanático y me había prestado
su ejemplar de las Canciones Ilustradas que había editado Emecé Editores. Posiblemente
haya yo pensado que Art era el nombre del tan mentado Sargento Pimienta. El poema venía
acompañado de una ilustración. Y Mutantia no se parecía en nada a El
Gráfico que devoraba semana a semana con total pasión. Tal vez haya
sido el primer poema que leí, tal vez. Puede que haya hojeado unos poemas de Raquel Jodorowsky que también había en
ese número, incluso haberlos leído, puede ser, puede ser.
Muchos pero muchos años
después, me toca compartir una emotiva noche de lectura con Miguel Grinberg y Carlos Dariel en Casa Cilc. Cargué en mi mochila algunas
publicaciones para intentar que Miguel me dedicara algunas Eco Contemporáneo, algunos poemarios suyos y un par de Mutantia. Pero entre la emoción de las
lecturas olvidé sacar todo mi pequeño arsenal de publicaciones antiguas cuando
pudimos charlar un rato pero al menos le conté a Miguel y a su señora esposa lo
que me llamaban la atención aquellas revistas, las fotos e ilustraciones y que
terminaba siempre leyendo los poemas que para mis ojos de niño de 7 años eran
el único hueco donde poder adentrarme y leer.
Ordenando en pleno “confitamiento”, aún estando “todos confitados” en este extremo del fin del mundo, durante la
primera quincena de este mes de julio en curso, encontré este número de Mutantia que contiene Art
Pepper Hit Town. Pegado a la casa de mis abuelitos maternos, en Muñiz,
sobre la Avenida León Gallardo, sigue habiendo un kiosco de revistas, no lo
atiende ya Chiquito Gómez ni el resto de su familia, otros tiempos, otros
sueños, cada vez menos publicaciones culturales de papel. A ese kiosco también
llegaban revistas importadas, a veces, pero llegaban, llegué a comprar algunas Rockdelux algo más acá en el tiempo,
principios de los años noventa como máximo. Las Mutantia que aún conservo vienen de ese kiosco de Muñiz, puede que
las haya encargado mi madrina, como sea contribuyeron a que en mi imaginario de niño aún pequeño el
Sargento Pimienta Beatle de Liverpool al mundo se llamara simplemente y a
secas: Art.
Coda Bis: Peter Straub y esposa, a quién Gregorio Kohon les dedicó el poema eran
amigos de la familia King en sus días ingleses…En el youtube nuestro de cada
día, en el video que sigue a continuación con la canción de Art Pepper el mismísimo Peter Straub comenta hace tres años: - This is a magnificent version of What's New, one of
those songs Art really seemed to have loved to,play.I wish we had more info
about this--it's the record with Jack
Montrose, though, I think.
“Todo tiene que ver con todo”, continuará,
buen “confitar fase 3” restante…¡big abrasongs! J
https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2011/12/fotos-sacadas-un-dia-domingo-suicida.html
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FNDB
República de Turdera Style, viernes 17 de julio 11:51 p.m
Querido Nicolás: Este inicial setiembre aparece desfasado de ese julio tan lejano de tu percepción. Y sin embargo... Ahora escribo escuchando a medias al John Butler Trio; y sin embargo la cadencia de Kohon que leo -vuelvo a leer- después de tantos años de aquella vez en que el cráneo se me despegó de los hombros. Fíjate, fíjate... en la misma Mutantia que mencionás. ¿Quién diablos recuerda hoy Mutantia? En uno de aquellos volúmenes con mi gente nos anoticiamos de un tal Paolo Soleri y de la "arcología" y de la utopía urbana-desértica-natural-filosófica de Arcosanti. Así le pusimos a la bandita de pueblo de la cual yo era letrista y los hermanos Tiseira compositores. Matate que todos nos preguntaban qué diablos quería decir Arcosanti. Remitirlos a Mutantia era al ñudo. Pero yo había quedado pegado con ese Art Pepper Hit Town que no podía comenzar mejor ("Cuando ya no entiendo nada
ResponderEliminary el miedo sube por mis venas con todo su silencio...")Por esas cosas de la nostalgia, hoy hombre maduro, reposado, casi serio (nahhh) hace unos días me pegó de volver a leerlo. No sé por qué. Ya no tengo esa Mutantia, así que recurrí a esta cosa con teclas y "gúgles" y lo primero que apareció fue tu blog, con esta entrada de un julio 2020 de hace tanto que parece que fue ayer. Y claro, che, flipé. La vida te da sorpresas, dijo el Peter Razor. Así que me encontré con un pedacito de aquel pendejo que fuí y, por si fuera poco, con un alma sensible que bebió del mismo vino... Gracias, peñi. Te debo un buen momento. Abrazos.
Querido hernanm6: Ante todo la mejor primavera en curso posible. ¡Muchas gracias a vos por tu comentario! He ido demorando en responderte, demasiadas sensaciones y sorpresas que se fueron acumulando. Conmigo acá tengo aquella revista que costába $10000 de entonces y se titulaba -inquietantemente-"Adelantados de la Civilización Planetaria". La tapa con una ilustración de una testa mitad calvicie y mitad panal de abejas sobre una especie de muro y con esa mirada de reojo y huesos de la columna vertebral espero no me vuelva a traer próximas pesadillas, de niño le he temido en demasía ¡pero estaba el Sargento Pimienta made in Kohon para cubrir todo tipo de espaldas! ¿Las cursivas/itálicas a lo largo de todo el poema habrán sido ideadas desde un primer momento así o habrá sido una elección a la hora de la edición? -intentaré averiguarlo, más vale tarde que nunca-. Tu hermoso comentario le da sentido a este espacio que me lleva mucho tiempo de tipeo y selección y que más de una vez me hace pensar en darle una pausa más prolongada o definitiva. Voy compartiendo algunos poemas o algunas canciones "particularmente importantes para mí" pero este Art Pepper Hit Town sigue siendo algo muy "flipante"... ¡Muchas gracias again y más abrazos poético-musicales! Continuará...! :) FNDB
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