sábado, 29 de julio de 2017

PÍLDORAS PARA TODO EN ESTE FIN DE SIGLO, un poema de Selva Casal (1934, Montevideo):



PÍLDORAS PARA TODO EN ESTE FIN DE SIGLO

Píldoras para todo en este fin de siglo
qué podemos temer?
estoy sola es de madrugada
y este cuarto es el universo
una multitud de pájaros y de hombres me llama
estar sola es mi verdadero oficio
no puedo estar en ningún lugar no me molesten
no me pidan que sea sensata
si mis nervios me matan que me maten
con que ropaje me han disfrazado
cuánta jurisprudencia
eso era sólo una máscara
nunca pude explicarles que yo amaba no saber
que yo simplemente amaba
no había muertes
no había días
descendíamos del reloj
sin que nadie lo notara
tanto amor me fue dado que atravesé las guerras ilesa
pude conjurar los demonios
¿dónde están las tijeras?
si atravieso la casa a oscuras llegaré
corro tomo las tijeras
vuelvo donde mi madre
el demonio no me alcanzó
todavía no hay píldoras contra los demonios
ni contra las guerras
no hay razones para los siglos
sin haber viajado todo lo conozco
yo que quería disolverme desaparecer
que una vez fui de aire tuve el cuerpo de arena
sigo viviendo vivo
soy un lugar atravesando de rayos una tormenta
amo la inminencia de tormentas
no sé quién soy no existo
no se engañen más
hay píldoras para todo en este fin de siglo
pueden vivir tranquilos
los hijos de los hijos de mis hijos
tendrán una vida normal
normal
nadie se me parecerá
nadie irá a la deriva como yo
ni será tan inútil
cómo para quedarse horas
mirando el jardín sin hacer nada
¿dónde están mis amigos?
acaso sólo eran los árboles
la vieja casa que habité
los que golpeaban de noche sobre mi pecho
con forma de gatos gigantescos
el túnel desde el que vi en un sueño
a Cristo de perfil que se alejaba
las flores que miraba antes de dormir
en el papel de la pared del cuarto
vuelta hacia el lado derecho
para no comprimir el corazón
donde tanta esperanza padecía
donde pugnaban por vivir mil rostros
campesinos volcánicos
de un árbol genealógico hecho de estrellas y de barro
aún escucho sus voces
gritando vive
levántate sobre los niños abortados y vive
todo eso sucedió cuando golpeaban los fantasmas
cuando todo era
como encontrarse en una esquina y de repente
con un crepúsculo azul
con un cadáver que mucho hemos amado
ése que fulguraba en la noche como un sol
que derramaba estrellas a diestra y a siniestra
ése que determinaba la hora de dormir
cuando dormir era como morirse
por qué este recuerdo
por qué todo lo aplacé y lo olvidé
no lo hice y lo olvidé
mi vida
fue un disparate
todo es un disparate
no hay píldoras para el desencuentro total
que es amar y vivir.

                         De El infierno es una casa azul y otros poemas, Selva Casal (1999. Buenos Aires: Libros de Tierra Firme.)



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