domingo, 1 de diciembre de 2019

Algunos poemas de María Teresa Andruetto (1954, Arroyo Cabral, provincia de Córdoba, República Argentina):

















La chica


Tengo miedo del domingo porque es fiesta. Los domingos son de fiesta y tenés miedo de que uno coma una cosa el otro otra. Claro. No sé nada de la chica, de la chica… que estaba a la noche. ¿Vos decís de Ana? Una de ustedes. Una de nosotras murió. Tenías razón vos. ¿Yo tenía razón? Tenés toda la idea de andar adelante. Lo importante es que estés bien mamá. Estoy pasada de locos…Estás cansadita como si estuvieras por dormirte. Es un vicio, si no hago más que esto, pero a veces se van las cosas. Se van las cosas.


Lunes


Los lunes mi padre llegaba tarde
y traía chocolates amargos.
En la cama grande, mamá nos leía
La Cabaña del Tío Tom.
A nosotras nos gustaban los lunes,
nos gustaba llorar por tristezas
de cuento, sufrir por los negros
mientras comíamos chocolates
Suchard.


Banjo en la cocina
                                                                       He perdido una música
                                                                                          Irene Gruss


El padre toca el banjo en la cocina
de la casa. Es la siesta del domingo
y amenaza tormenta (…los chicos
juegan, la madre levanta los platos
de la mesa). Bajo la parra zumban
las moscas. El padre toca rumbas,
habaneras, canciones italianas.

Alguien sostiene las partituras,
                de vuelta las páginas
(hasta que salta una cuerda
y la música acaba).


Víspera


Se va la tarde. Decís, a este sitio
vendremos: escribirás, sembraré,
pasaremos los días de viejos.
Sobre la casa que nace, cruzó
una torcaza. Más allá hay un halcón
y unas loras. La luz moja la falda
del Mogote, aviva los manchones
amarillos. Todo es hermoso, digo,
y sin embargo, hay una nota
de tristeza sobre talas y espinillos.
Será porque es invierno, decís,
será porque es domingo.

Tu sei come una terra
che nessuno ha mai detto
Tu non attendi nulla
se non la parola
che sgorgherá dal fondo
come un frutto tra i rami
La terra e la norte (1945-1946)

Entre los ramos


Hay un olor a flores
cortadas en el campo;
con olor a chinitas salvajes
van a verlos y el sudor las abrillanta.
Es octubre y lastima la resolana
entre los fresnos y el aire está tan quieto
y es tan azul allá a lo lejos…
Es domingo y yo no tengo dónde verte.
Sólo esta palabra como un fruto
entre los ramos y este olor salvaje
que regresa, desde chicos ajenos
y mujeres gordas
con pañuelos.


Arroz con alcachofas


El aceite
borbotea en la sartén.
Allí he echado
dos alcachofas acuchilladas.
He convertido esas flores antiguas
en corazones abiertos,
en carne viva.
Me he dedicado después
a esperar que largaran su sangre
o su sudor,
según se mire.
Luego
he reducido una cebolla
grande
y llena de luz
a polvo,
a jugo,
a numen.
Y otra vez he llorado.
Pero tan poca cosa no me amedrenta.
Me zambullo,
con el jugo y las lágrimas,
en el aceite hirviente
y cuando todo se impregna,
paso una lluvia de arroz
de la caja a mi mano
y de mi mano a la sartén
en donde bullen
los zumos
del dolor y de la dicha.
Ya puedo esperar
que los granos se hinchen.
Sé que soportarán,
igual que yo,
una hinchazón
tres veces superior
a su tamaño.
Sólo hará falta agregar
de tanto en tanto
agua
o caldo,
un baño de mar
que les permita
transitar por el infierno
de la hornalla.


De María Teresa Andruetto Poesía reunida (2019. Buenos Aires: Ediciones en Danza. Serie Notables. Ensayo preliminar: Jorge Monteleone.)




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