jueves, 24 de diciembre de 2020

MÚSICA DE CÁMARA NAVIDEÑA, IN THE MOOD FOR CHRISTMAS y DICIEMBRE, BARRIO LATINO; tres poemas de Luisa Futoransky (Buenos Aires, 1939)…:


















MÚSICA DE CÁMARA NAVIDEÑA

 

Bartleby era un empleaducho que se encargaba de

                          /volver al remitente

las cartas de los destinatarios muertos

 

Las llaves de Dios son tres: la de la lluvia, la del

                          /nacimiento, la de la resurrección

 

el agua es música

y la cascada una sinfonía

 

el río enlaza las cadencias

del tijereteado corazón

 

hallazgos para una vida:

preferiría no hacerlo

y lo que el viento se llevó, también

 


IN THE MOOD FOR CHRISTMAS

 

Y si en Belice me reencarno en iguana verde

y me acuerdo de que en una vida supe que nunca ría a

Belice?

el calor húmedo

no me gusta

 

no me gusta/n

repito

ni aquí ni allí

los depredadores

tampoco

 


DICIEMBRE, BARRIO LATINO

 

Primera tormenta de nieve: en el borde de la reja de entrada a la facultad de medicina, pleno barrio latino, veo pero no veo un bulto que tiene algo similar a esas personas que suelen oficiar de estatuas en lugares turísticos para solicitar dádivas. Un no sé qué me hace remirar de soslayo. No es un falso faraón envuelto en sábana dorada o plateada y sombrero vuelto del revés a los pies de escasas monedas dentro. Es una persona arropada en un trapo jaspeado. Un negro joven, que se yergue, levanta su cabeza hacia el cielo nocturno y sin estrellas y se tiende sobre unos cartones. Hace abluciones en dirección a lo que cree debe ser la Meca. Quienesquiera estén de turno del otro lado de la tableta que lo escuchen de una vez, que le escuchen cualquiera sea su lengua y su plegaria, que la tormenta y la nieve arrecian, por favor.


...


Y a modo de coda navideña, a continuación las palabras que pueden leerse en la contratapa del poemario Pintura Rupestre que contiene los tres poemas de Luisa Futoransky que acabo de compartirles:

 

Para mí un poema nos queda dentro cuando más allá de los rigores inevitables de la técnica, las trampas de la memoria, la luz, la seducción estética o la compasión, atrapa sin alarde, lo invisible. El signo de admiración silencioso. La pulsión que extirpa la banalidad del instante y, sin mayor esfuerzo (aparente), palpa el viento.

 

En estas PINTURAS RUPESTRES, casi todo está escrito fuera.

La casa, las ciudades, grafittis sin fronteras.

¿Inscripciones o tatuajes? ¿Qué gritan? ¿Qué denuncian?

 

Nos queda abrir postigos y ventanas de nuestra propia disponibilidad y descifrar el sol, el alfabeto, este fragmento que es la vida. Saltar sobre lo indecible y a veces disponerlo al alcance de la mano. Esto de prolongar con la mirada el brazo, la voz, el ojo, y el corazón te convierte en esponja, alga a merced de cualquier roca o reina del tiempo.


                                                                                                                                                             L.F.

 

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                

De Luisa Futoransky Pintura Rupestre (2014. Buenos Aires: Editorial Leviatán. Colección Poesía Mayor.)





No hay comentarios:

Publicar un comentario