domingo, 7 de febrero de 2021

Carlos Drummond de Andrade Poema de Sete Faces

Cinco poemas de Cristina Piña (Buenos Aires, 1949)...:

 















CARTA EN SOUFFRANCE*

 

                                                              a Jorge García Sabal

 

Estos del alma, amigo

poetas que leímos,

estas palabras partidas en los bares

compartidas

este vagar por la poesía

tomados de la mano.

 

Me voy quedando sola,

separada de vos y de los otros,

los poetas amados y a veces criticados

pero nuestros,

tan míos como vos,

como las tardes o mañanas

en los bares, leyéndonos poemas,

compartiendo y partiendo

las palabras de a dos,

con los otros erguidos

como un altar profano

perfumado de tinta,

de alcohol y cigarrillo.

 

Olga murió y Enrique y Juarroz,

y ya casi no tengo recuerdos

de las tardes con vos,

de las noches, los bares y los libros

salvados de un estante

de tiempo y soledad.

 

Me voy volviendo vieja

según el calendario,

pero estos del alma, amigo,

poetas que amamos y leímos,

estos, de la amistad,

recuerdos que se encienden

en medio de la calle,

me siguen obligando

a sentarme en un bar de Tribunales

y escribirte una carta en souffrance,

sin respuesta o destino.

 

Esta del alma, amigo,

nostalgia ante la muerte

que avanza, irreparable,

me desordena el alma,

me separa del mundo

que alguna vez partimos,

compartimos.


*Souffrance quiere decir, en su primera acepción, “sufrimiento”, pero también se dice que están “en souffrance” las cartas demoradas o retrasadas.



RELEYENDO A PAVESE

 

¿Vendrá la muerte

y tendrá tus ojos?

 

No, apenas un plegamiento

del aire,

un escalón de niebla

que no se logra

bajar,

un ahogo súbito

en el pecho.

 

¿Vendrá la muerte

y tendrá?

 

No, algo que oscila

y lento se anochece

en el agua,

una línea

imperceptible y gris

en la luz

de la mañana,

un estado de

suspensión.

 

¿Vendrá la muerte?

 

Ahora nos entendemos:

eso sí.

 


PRECISIONES LINGÜÍSTICAS

 

¿Pero a quién se le ocurre

que la muerte

va a venir?

 

Venir es un verbo

que conjugamos aquí,

en la cámara del miedo,

porque, en rigor, amigos,

bajará como un rayo,

arrojará la guadaña

de la iconografía

medieval,

saltará a nuestro cuello

con sus garras,

cortará los pedazos

de la mano y el pie,

clavará la cuchilla

en la garganta,

abrirá las venas

con filos de acero

más puro y estridente y más voraz,

nos sajará la cara,

caerá como una mano,

manaza enorme y bestia

que bajará del cielo

y guay que nos aplasta,

guay que nos quiebra

cada hueso y el cráneo

y la columna vertebral.

 

¿Pero a quién

se le ocurre

que la Puta Muerte

va a venir?


De Cristina Piña Pasajera en tránsito (2006. Córdoba: Ediciones del Copista. Colección Fénix. Volumen 38.)


...


VOLVER una y otra vez

a las palabras,

insistir con la escritura,

abrir uno tras otro los libros,

no es locura ni manía

ni voluntad de escapar:

 

                        es tocar el centro exacto

                        de la vida,

                        la raíz del tiempo,

                        la apuesta a

                        cara o cruz.

 

 

TINTA y pluma

a la hora de escribir,

papel en cuya trama

trazar las incisiones del sentido

las marcas de la vida

y definir una identidad.

 

A la hora de cantar,

dibujos en el aire

y geografía de vuelo,

encaje que se levanta

desde la pura voz.


De Cristina Piña Magia Blanca (2008. Córdoba: Ediciones del Copista. Colección Fénix. Volumen 51.)





Asher - Arrangements II VII

"antes de ir a un asado" y "te fuiste un domingo sola al cine", dos poemas de Manrique Fernández Moreno (Buenos Aires, 1928 - 2006)...:

 



antes de ir a un asado

 

empujado hacia mi

sin grandes pautas

arrinconado contra sillones

alguien me acecha

 

y qué manera de ser domingo

y yo indefenso

 

a ver

quién me tira de un cabo

para golpearme en el tórax?

 

pero abandonemos

dejemos esto

 

una voz emerge del disco

 

si cerraran la puerta!

 

los ruidos del mundo no me dejan oír

y yo tampoco me dejo en paz

 

y pensar que soy el culpable de todo



te fuiste un domingo sola al cine

 

te fuiste un domingo sola al cine

y yo estaría con cualquier persona

 

te fuiste sola al cine

con tu pequeña altura y tu cartera desesperada

 

para qué me lo dijiste ahora por teléfono

un domingo es un domingo

tiene tantas cosas que no son del sábado

y el sábado se puede:

patinar salir acompañado

 

estás en la platea

muy junta entre ti por el miedo hacia los hombres

con tu sombrerito con frío por si era invierno

 

habrás pagado la entrada con mil pesos arrugados

 

pero lo más asombroso era tu encerramiento

las piernas juntas* las manos invertidas como marica sobre tu falda

 

*puede ser “las piernas juntas como marica…” (N. del A.)


De Manrique Fernández Moreno Pateando un empedrado (1970. Buenos Aires: Rodolfo Alonso Editor)


Asher - Arrangements VII

martes, 2 de febrero de 2021

Nostalgia, Rilke y Carta a Lubicz de Milosz, tres poemas de Atilio Jorge Castelpoggi (Buenos Aires, 1919 -2001)…:

 



Nostalgia

 

AQUELLOS LUGARES QUE SON UN RESCATE

        del tiempo perdido,

claves de nuestra propia insatisfacción.

Los recorro: trozos de esquinas, bares,

        paradas de ómnibus, plazas, cines.

Las mismas cosas pero veladas por lo que

        nunca quise que fueran: nostalgias.

 

Ahora entiendo por qué la alegría también

        se aleja aún cuando levantemos imágenes

        borradas por el miedo.

Lo único que hace falta es comprender donde

        termina la ilusión:

ese pasaje hermoso de lo efímero, ese excitante

        de la vida.

 

Sin embargo resulta muy necesario aprender

        a sufrir,

porque ya no queda nada

ni aún lo que será después.

 

Solamente el infierno de la incertidumbre

solamente la ilimitada alegoría de otra verdad.

 

Apenas un grabado de mi verdadera imagen

o la incomprensión de un rostro que nos hizo

soñar

        alguna vez.

 

Un tren acaba de partir como un símbolo de

        lo que pudo ser

y decimos adiós a alguien que fuimos.

 

Siempre amamos lo que ya no existe

y es demasiado tarde.



Rilke

 

TUS POEMAS CRECEN EN MI IGUAL A UNA

        cabeza melancólica

que se hunde en la coronación de la noche,

y están ebrios de alcohol, de tiempo, de lluvia,

como un objeto que me pertenece.

 

Tus silencios nacen de algún secreto abandonado,

tu pie inmóvil, del resplandor de una rosa;

y nos quedamos a escuchar sombras,

y las cosas que pasaron nos siguen habitando.

 

(El que oficia en la bruma lleva la mirada rota en el

        abismo y sólo ordena símbolos,

porque soñar es ahondar el vértigo en la ceguera de

        una máscara).

 

Entonces me hablas de un árbol a cuyo amparo bebe

        un río

o en la herida de algún crucificado que siembra

        en el adiós la posesión de la esperanza.

Somos el dolor que nos transfiere de la memoria.

Tus cicatrices nacen en las leyendas que callan en

        los ojos de un ciego.

 

Lentamente un retazo de humo huye hacia el olvido.

 


Carta a Lubicz de Milosz

 

MI POESÍA ESTÁ ESCRITA EN UN ESPEJO

        donde la luz se confunde con la sombra,

es mi esclavitud, y es mi liberación,

mi original y mi copia más fiel.

 

En ella alquilo la última parte de mi vida

como una vocación absurda de partir,

también en el poema figura la ignorada

        rebeldía del hombre,

y su lenguaje herido que profana

        su propia destrucción.

 

Lentamente en el Mar Báltico

        (en un tiempo distinto)

un poeta abre la caja de las mismas palabras

querido y melancólico Conde de Milosz

bajo la errante profecía de exilio

(“Ese río ebrio de soledad”)

mientras el pensamiento crece indescifrable,

más oscuro que nunca.


De Atilio Jorge Castelpoggi Antología Poética (1998. Buenos Aires: Fondo Nacional de las Artes. Colección Poetas argentinos contemporáneos. Volumen 15.)


https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2019/11/un-poema-de-rainer-maria-rilke-praga.html

https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2020/05/una-carta-de-rainer-maria-rilke-praga.html



Pablo Reche - Cloh

Madurez del poeta y Cada uno echa a andar, dos poemas de Elizabeth Azcona Cranwell (Buenos Aires, 1933 - 2004)…:




Madurez del poeta

 

El ruido oscuro de las maneras y los días

corrompe al agua azul de tu afán por vivir

paseado entre los libros y los viejos amores:

audacia y soledad,

nudo primario que te encadena a las palabras.

 

La noche no se soborna ante tus frases,

creaste tu maqueta de la luna con vocales sombrías

y consonantes lacias como búhos de invierno.

 

Sigues amando el día que celebra las vísperas,

ese letargo de las hojas es una cópula del sol

gallo rey siempre joven repitiendo sin pausa sus rituales.

Nadie cuenta versiones más libres de la luz.

 

¿Dónde se hundió el camino, dónde perdiste tu graal,

el cáliz soberano de la revelación, el vino de tu alma?

 

Nadie es culpable de las mutaciones,

de que tu asombro se desdoble ahora en oficio y poema

que alguien lee inventando algún rayo de belleza

de tu voz a sus ojos.

 

Has ensayado la resurrección

en las pequeñas muertes que encanecen tu voz y tus intentos.

Y tu vuelta es la antorcha de nieve encendida

con su pálida llama que convierte en penumbra

lo que era oscuridad.

 

Muy dentro de tu oficio

donde una lumbre mínima perdura.

 

a Alberto Girri



Cada uno echa a andar

 

Y caduca la fiesta

antes de que los pétalos se apaguen.

Y será combatido el signo de la celebración

cuando la claridad desdeñosa recobre

los restos del convite.

 

La noche ha muerto, el alba muere.

En la lumbre sobrevive un rescoldo

que arma su iridiscencia con dos copas volcadas.

El mantel se confunde con las calas marchitas

con despojos de plateadas almendras

junto a claveles, entre gotas verdosas.

Las velas extinguidas

vuelven agrio el olor de los muebles

fatigados de presencias y cantos.

 

Cada uno echa a nadar

partiendo desde su propia noche.

El vino del final es desolado

y recuerda los pálidos coloquios

entre la luz que cae despierta en la memoria

y los lacios fantasmas que se escapan.

 

El camino y la tierra

se hacen culpables en la herida del sol.

El huésped se enceguece

ya no vale su brindis con la última estrella

para que respetuosamente le ilumine los pasos.

 

De Elizabeth Azcona Cranwell El mandato (1985. Buenos Aires: Torres Agüero Editor. )




adrianne lenker - zombie girl (official video)

domingo, 31 de enero de 2021

Un paseo el domingo por la tarde, poema de Frank O´Hara (Baltimore, Maryland, 1926 – Long Island, Nueva York, 1966) traducido por Rolando Costa Picazo:

 



Un paseo el domingo por la tarde*

 

Las gaviotas giraron

a varias millas de distancia

y el puente, que

estaba entre árboles

de corteza mojada, era ancho y

frío. Río de Janeiro

no es sino otra aldea

de pescadores, dijo George.

El sol bramaba, calmo

en el viento alrededor

del monumento. Tejanos

y australianos trepaban

hasta la cima para observar

Beacon Hill y

el parque. Luego

caminamos alrededor del pie

de la colina hasta el astillero

naval, y las ramitas

negras y blancas resaltaban

en el cielo contra el viejo

casco. Fuera del portal

unos chicos saltaban

más y más alto desde

el terraplén de la carretera.

Los autos tocaban bocina. Las hojas

se agitaban en los árboles. Y

sobre nuestra cabeza avanzaba

el trole elevado.

El viento ondeaba constante

desde el mar. Hoy

hemos visto Bunker Hill

y la Constitución,

dijo George. Mañana,

probablemente, nuestro país

declarará la guerra.


*Fechado en Boston, septiembre 1950. Describe un plácido paseo con su amigo George Montgomery (que estaba estudiando filosofía medieval en Harvard) por lugares típicos de Boston, como Beacon Hill, el parque (“The Common”) y el arsenal naval (The Navy Yard). Encontramos aquí uno de los primeros usos de la cita directa en O´Hara: “Río de Janeiro no es sino una aldea de pescadores”. Como en la mayoría de los poemas de O´Hara, los detalles seleccionados aquí no tienen un significado especial: pertenecen a lo efímero de la existencia, y son parte de la técnica de O´Hara de registrar el trasfondo espacio temporal en su totalidad. Bunker Hill fue una de las batallas cruciales de la Guerra de la Independencia estadounidense. Se libró cerca de Boston el 17 de junio de 1775. La guerra a la que alude Montgomery es la de Corea.


De Frank O´Hara Meditaciones en una emergencia y otros poemas (2014. Buenos Aires: Huesos de Jibia. Traducción, notas y prólogo de Rolando Costa Picazo.)




Lavandera _ Náufragos

El Crepúsculo de Enero, un poema del poeta, aviador y banquero de inversiones Donald Everett Axinn (1929-2009), en versión de Marta López-Luaces:

 



















                   El Crepúsculo de Enero

 

Algo en la manera en que la

Luz se desborda

De este día sereno

Un poco como

La vida de una ciruela que se desvanece

Después de una grandiosa despedida.

Mañana será otro día.

Otras vidas entrarán.

Quizá la mía.

O tal vez la tuya.

 

Necesito recobrar el aliento.

La serenidad suaviza las indiferencias del tiempo.

La luz colorea la bahía y talla las rocas

Crecen, con el permiso

de la marea autocrática.

Los gansos canadienses y las gaviotas holgazanas

Medio dormidos en sus sillas de agua salada.

Todos pretenden ser eternos.

Desearía que estuvieras aquí conmigo.


De Donald Everett Axinn El Sueño del Halcón The Hawk´s Dream (2006. México D.F.: Ediciones El Tucán de Virginia. Introducción y selección Miguel Ángel Zapata.)


https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2021/01/quietud-en-los-arrecifes-un-poema-del.html