Nostalgia
AQUELLOS LUGARES QUE SON UN RESCATE
del tiempo
perdido,
claves de nuestra propia insatisfacción.
Los recorro: trozos de esquinas, bares,
paradas
de ómnibus, plazas, cines.
Las mismas cosas pero veladas por lo que
nunca quise
que fueran: nostalgias.
Ahora entiendo por qué la alegría también
se aleja
aún cuando levantemos imágenes
borradas
por el miedo.
Lo único que hace falta es comprender donde
termina
la ilusión:
ese pasaje hermoso de lo efímero, ese excitante
de la
vida.
Sin embargo resulta muy necesario aprender
a sufrir,
porque ya no queda nada
ni aún lo que será después.
Solamente el infierno de la incertidumbre
solamente la ilimitada alegoría de otra verdad.
Apenas un grabado de mi verdadera imagen
o la incomprensión de un rostro que nos hizo
soñar
alguna
vez.
Un tren acaba de partir como un símbolo de
lo que pudo ser
y decimos adiós a alguien que fuimos.
Siempre amamos lo que ya no existe
y es demasiado tarde.
Rilke
TUS POEMAS CRECEN EN MI IGUAL A UNA
cabeza
melancólica
que se hunde en la coronación de la noche,
y están ebrios de alcohol, de tiempo, de lluvia,
como un objeto que me pertenece.
Tus silencios nacen de algún secreto abandonado,
tu pie inmóvil, del resplandor de una rosa;
y nos quedamos a escuchar sombras,
y las cosas que pasaron nos siguen habitando.
(El que oficia en la bruma lleva la mirada rota en
el
abismo
y sólo ordena símbolos,
porque soñar es ahondar el vértigo en la ceguera de
una máscara).
Entonces me hablas de un árbol a cuyo amparo bebe
un río
o en la herida de algún crucificado que siembra
en el adiós
la posesión de la esperanza.
Somos el dolor que nos transfiere de la memoria.
Tus cicatrices nacen en las leyendas que callan en
los ojos
de un ciego.
Lentamente un retazo de humo huye hacia el olvido.
Carta
a Lubicz de Milosz
MI POESÍA ESTÁ ESCRITA EN UN ESPEJO
donde la
luz se confunde con la sombra,
es mi esclavitud, y es mi liberación,
mi original y mi copia más fiel.
En ella alquilo la última parte de mi vida
como una vocación absurda de partir,
también en el poema figura la ignorada
rebeldía
del hombre,
y su lenguaje herido que profana
su propia
destrucción.
Lentamente en el Mar Báltico
(en un
tiempo distinto)
un poeta abre la caja de las mismas palabras
querido y melancólico Conde de Milosz
bajo la errante profecía de exilio
(“Ese río ebrio de soledad”)
mientras el pensamiento crece indescifrable,
más oscuro que nunca.
De Atilio
Jorge Castelpoggi Antología Poética
(1998. Buenos Aires: Fondo Nacional de las Artes. Colección Poetas argentinos
contemporáneos. Volumen 15.)
https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2019/11/un-poema-de-rainer-maria-rilke-praga.html
https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2020/05/una-carta-de-rainer-maria-rilke-praga.html
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