OTOÑO
De perfil de hoja parda
recostado en el polvo
voz del barro y de la paja húmeda
labio de la nube redonda en escondrijos
Vamos siendo tu ala
tu pluma mojada
tu sombrero de musgo y desvarío
tu zapato sin huella comedor de tristezas
tu cielo angosto tu litoral por años
el dejado cansador chillido de pájaros yéndose
las grandes migraciones del olor y de la fruta.
¿Has venido ya
han vuelto los que te perdieron fe, los pétreos,
los ardidos
los rendidos de saciarse entre zarzas
a buscarte en el agujero del árbol, en la vena del
agua,
en el lejano cerca del más tarde?
¿La miel estuvo parada entre las orejas
del oso? ¿Hubo un purgatorio de la lluvia,
los pájaros se hicieron vuelo
antes de salir hacia el rincón del día
donde ocurre la caída del ángel?
De perfil te escuchas en tu oreja
enferma. Intermedio hacia lo oscuro,
te internas por un largo túnel
hasta las sentinas viejas
que huelen a pescado y a uniformes.
Los pájaros se fueron, los barcos cargados de
verano,
y nacen las criaturas de la lluvia y del plomo.
(Zona árida, 1965)
De Los poetas del 40 (1968. Buenos Aires: Centro Editor de América
Latina. Selección por Alfredo Veiravé.)
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