DE SENECTUDE
La tristeza no es
los años
que se fueron
tal vez sea el no poder
dejar el entorno
que nos rodea
de ese modo placentero
que siempre
fue soñado
por todos;
tal vez sea
irse en medio
de una incomprensión
por lo que uno
quiso amar y no pudo,
por lo que pensó,
rodearse como un anillo
de satisfacción
de deseos cumplidos.
Quizás es no más
como escribió el poeta Ekelöf
en su Diwan
la vida te va apagando
y la muerte
sea el principio de una
nueva eternidad
sin quejas;
de todos modos
hubiera querido
tener a mi alrededor
algo de esa fe
en la que creí
tanto tiempo
y que se fue
derritiendo
como un polo
en extinción
un hangar vacío.
Me da pena
y eso es un desconsuelo
imposible de remediar
que los seres amables,
queridos, que supieron
o creyeron conocer
mis recónditos rincones
se abran como abanicos
desconocidos
como trashumantes
o nómades
que te rondan
sin meta fija
un trompo sin rumbo
extraños que miran
un prójimo marchito
y no atinan
a abrazar sus ilusiones,
el ansia que nos aqueja
al partir
hacia lo invisible.
La tristeza
es estar solo
en el preciso día
en que quieres sentir
la presencia del otro
y saber
que no habrá más pena
ni olvido
porque la canción
ya no será cantada
por nadie
y lo que quisimos
con todo nuestro ser
el cariño que quisimos
retener,
como la canción,
se adentra en regiones
en que nunca más
sentiremos
el sonido
de tus voces.
De Raúl
Vera Ocampo Últimos fragmentos de un
viaje al interior de las cosas 1999 – 2009 (2009. Buenos Aires: Editorial
Vinciguerra SRL.)
https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2021/02/raul-vera-ocampo-lee-una-ultima-visita.html
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