viernes, 12 de febrero de 2021

UNA ÚLTIMA VISITA A T.S. ELIOT y LA CONDICIÓN DE POETA, dos poemas de Raúl Vera Ocampo (La Rioja, 1935)…:

 



UNA ÚLTIMA VISITA A T.S. ELIOT

 

Tampoco yo tengo esperanza

de volver

amigo mío poeta

que marcó una constelación

plena

en mi desvelo joven,

cuando todo parecía

digno de hacer

y la luz titilaba

en el fondo

de las cosas;

ese lugar de desafección

vino después

crespuscular

y raudo

aunque todavía

la tierra

no era baldía

y mi trueno no emitió

una palabra

en su herida prematura.

 

Claro que pronto

tuve presentimientos

y vértigo de saber,

lo que está sólo vivo

sólo puede morir. Y todo

tiende al silencio

pero así conviví

con parte de mi carne

y parte de mis ropas

de tarde en tarde

como un viejo ventrílocuo

cansado de hablarse

a sí mismo;

pero llegaron

tus Four Quartets

en inglés y en la versión

de Wilcock ejemplar

hasta siempre.

 

¿Cómo existir

con ese triste tiempo

estéril

antes y después

sin saber

cuándo es mi principio

y cuándo mi fin?

Luego vaticinaste

que la tierra entera

era, es nuestro hospital

y supe que no se sana

de enfermedades incurables

porque el alma

y sus subsuelos, laberintos,

catacumbas y calvarios

llenan las grietas

de esa roca,

la sombra de esa roca.

 

También quedó grabado

en mi tu sello:

un pueblo sin historia

no se salva del tiempo,

y he crecido en años

viendo correr

fábulas que simulan

ser historia, hombres

huecos

que hilvanan, así lo dijiste,

una trama

de momentos intemporales

sin pertenecer

más que a un pasado

que se anega

de sin remedios

de desencantos teñidos

por iras y resentimientos,

la futilidad

del frustrado inútil

y nada se arreglará

porque la rosa

y el fuego nunca

serán uno.

 

Mi tiempo se acaba

y no sé cuál es

mi principio o mi fin

porque no puedo

construir una historia

que una las piezas

no sólo las que faltan

sino las que tengo

y mi ilusión

se achica

en este terreno

sin nombre,

una tierra baldía,

que no podré recordar

ni nombrar

en libros, citas

o simplemente memorias;

ojalá la palabra

siga siendo la palabra

a pesar de estar gastada,

perdida o no dicha

ni oída,

esa palabra sin palabra

que alguna vez

dio vueltas en torno

a la palabra silenciosa.

 

Amigo Eliot,

poeta de otros años

en los que temía

ser despertado

por voces humanas

y ahogarme

sin saber por qué

hoy comparto

todas esas voces

y sueño por noches

enteras

en un viaje no

de los reyes magos

ni en un canto para Simeón,

tal vez en un río

como un fuerte dios

pardo

que me diga

aunque no tenga esperanza

de volver,

que todo mi principio

y todo mi fin

son una corriente

intermitente pero continua

que alcanzará

orillas

allá a lo lejos

en el clamor

de lo infinito.

 

Shantih shantih shantih


Nota: Shantih repetido es la conclusión formal de un Upanishad. “La paz que supera a toda comprensión”, es el equivalente. (nota de T.S. Eliot para The Waste Land).



LA CONDICIÓN DE POETA

 

                                                   A Alberto Girri

 

Me hablan

de vocación

o inspiración

y tantas

reuniones

de circunstancias

que uno

nunca tiene

en cuenta

al escribir,

¿qué sería

de mí

si al borde

de la escritura

cavilara

sobre si estoy

iluminado

o creo

firmemente

en un futuro

de páginas

borrosas

como peces

sin agua?

 

Si el fin

último

es el silencio

nada mejor

que acompañar

en la letra

su ascenso

sin pausa,

porque lo que queda

es el fin

del día,

un crepúsculo

quejoso

y su balance

está en el rédito

que calla,

y la mejor expresión

es la que omite

un misterio

que rubrica

la existencia.

 

Una tarde

me describió Girri

magistralmente

la unción en el final

de una trayectoria

y todo

lo que se ha hecho

o tratado de hacer

reducido

a un aforismo,

epígrafe

digno de saber

un conocimiento

que tarda

y se aprende

en una vida

de altibajos

pero que sirve

para comprender

lo incomprensible,

el sentido

del poema.

 

Quiero ahora,

como Girri,

llegar a ese estado

en que la condición

necesaria

no es convertirnos

en profetas

ni sabios

o sacerdotes

de lo inentrañable;

quiero

solamente

concebir

en mi riesgoso

destino

ese infinito

silencio

que nos cierra

y nos abre

a la verdad

de las cosas.


De Raúl Vera Ocampo Antología Poética 1955 – 2009 (2011. Buenos Aires: Editorial Vinciguerra. Vinciguerra Colección Metáfora.)


https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2012/09/version-de-alberto-girri-1919-1991-de.html

https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2020/02/blog-post.html


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