domingo, 11 de octubre de 2020

BALADA DE UN DOMINGO DE MI INFANCIA y DOMINGO DIBUJADO DESDE UNA VENTANA, dos poemas de Horacio Rega Molina (San Nicolás de los Arroyos, Argentina, 1899- Buenos Aires, Argentina, 1957):



BALADA DE UN DOMINGO DE MI INFANCIA

 

     Mañana el maestro dará prueba escrita.

(Mi infancia no tuvo sino días malos)

Sentada en un banco mi infancia recita:

Colón ha partido del Puerto de Palos,

     Es día domingo. Llovizna. Hace frío…

El cuarto es muy grande, yo estoy solo en él.

Parece que arrastra en el cuarto sombrío

su cola de seda la reina Isabel.

     Es día domingo. Con una constancia

que más dolorosa no pudo haber sido,

sentada en un banco repite mi infancia:

del Puerto de Palos, Colón ha partido.

     Las seis de la tarde. Se encienden candelas.

Se cierran las puertas. La casa es distinta…

Dan miedo, dan miedo las tres carabelas.

La Santa María, la Niña y la Pinta.


DOMINGO DIBUJADO DESDE UNA VENTANA

 

     Guarda el domingo la infantilería

que ofrece un espectáculo barato,

como el que mira porque sí un retrato

en el zaguán de una fotografía.

     Hay un jarrón pintado a tres colores

en la tómbola inmóvil del espejo.

El sol prolonga un último reflejo

como esa luz que dan los reflectores.

     Desde un baldío suenan cuatro notas,

y la niñez de pronto resucita

en los caballos de una calesita,

con las orejas y las colas rotas.

     La humillación de un almacén cerrado

es lo más triste que un domingo ofrece.

En una curva, lejos, aparece

la danza de un tranvía iluminado.

     Y por la calle obscurecida, siento

que el domingo se va como en sordina,

con el mismo aire con que se camina

por el vagón de un tren en movimiento.


De el jabalí (2004. Buenos Aires: el jabalí, revista ilustrada de poesía, número 14.)


https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2020/09/blog-post.html



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