domingo, 24 de enero de 2021

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO y RECUENTO, dos poemas de Svetlana Makarovič (Maribor, Eslovenia, 1939)…:

 


















CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO*

 

En la cuarta noche no cosas, no tejas,

no hiles, no bordes, no dejes encendida la luz,

en la cuarta noche hay poderes singulares,

en la cuarta noche cuidate de la gente.

Con los vientos del sur la cuarta noche

nos dio vuelta la cabeza a mí y a él,

así que en nosotros giró la rueda desconocida,

así que en nuestras cabezas hasta la mañana se tritura,

hasta la mañana se tritura el mijo negro.

El pan de esta harina será de una amargura insólita,

el recuerdo de esta noche será de una pesadez insólita,

se amasa, se amasa la mezcla negra

para nuestra amarga vianda,

porque me llamó con un nombre extraño,

porque me atormentó con una carga extraña,

hasta la madrugada la rueda me hace girar,

hasta la mañana temprano me pesa la carga

y toda la noche nos enroscamos sobre una pila de añicos,

nos herimos cada vez más.

En un odio silencioso vamos a separarnos,

en el odio silencioso de este mundo.

Y ya amanece. Y ya no soy más.

De mi cadáver nace un torklja**.


*Es el primer período del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Jesús. Se celebran los cuatro domingos anteriores a la festividad de Navidad. En cada hogar se prepara una corona de ramas de pino, llamada con cuatro velas, una por cada domingo de adviento. Según la tradición, a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe.

 

**Torklja: personaje o entidad de la mitología eslovena. Según la tradición popular existe una prohibición que impide a las hilanderas  trabajar los días martes con la rueca. La etimología del nombre de este ser mítico está asociada al dios Marte, de hecho en lengua eslovena el día martes se denomina torek. Torklja es el encargado de castigar  a las hilanderas que transgreden ese tabú, puede llegar a matarlas, cocinarlas y comérselas.



RECUENTO

 

Ésta es la voz del recuento,

cuenta tus días,

cuenta a un ritmo parejo

animales y personas

y todo alrededor tuyo,

y todo lo que creés,

que por vos

nace y vive,

los pequeños cráneos blancos

ruedan por el mundo,

contar, contar,

debe haber orden, un orden.

 

¿No sabés, que el viento cesa,

qué el árbol se seca,

no sabés, que todo,

vive a medias?

En el campo el silencio

es cada vez más grande,

se fortalece

el susurro del recuento

y sabés, que alguna mañana

también serás contado,

contar, contar,

debe haber orden, un orden.


De Svetlana Makarovič Mujer ajenjo (2010. Buenos Aires: Ediciones Gog y Magog. Traducción de Julia Sarachu con la colaboración de Mojca Jesenovec.)





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