Lugar vacío en la celebración
Yo nací provinciano en los domingos
de desigual memoria,
nací en una oscura ratonera vacía,
asido a dios como un trapecio a punto
de infinitamente arrojarme hacia el mar.
Nací viscosamente pegado a los residuos de mi vida,
rodeado de amor,
de un amor al que aún amo más que a mis propios huesos
y al que tan sólo puedo odiar sin tregua
por habérseme dado para dejarse así morir
de triste, de irrisorio,
siendo mayor que tantas muertes juntas.
Yo nací vestido de mimético niño
para descubrir en tanta reverencia sólo un óxido triste
y en las voces que inflaban los señores pudientes
enormes anos giratorios
de brillante apariencia en el liso exterior.
Los pudientes señores
llevaban bisoñé.
Después, un viento hosco barrió la faz de aquella tierra.
Hubo prudentes muertos, cadáveres precoces
y muertos poderosos cuya agonía aún dura,
cuya muerte de pulmones horrendos
aún sopla como un fuelle inagotable.
Y yo empecé a crecer entonces,
como toda la historia ritual de mi pueblo,
hacia adentro o debajo de la tierra,
en ciénagas secretas, en tibios vertederos,
en las afueras sumergidas
de la grandiosa, heroica, orquestación municipal.
Nací en la infancia, en otro tiempo, lejos
o muy lejos y fui
inútilmente aderezado para una ceremonia
a la que nunca habría de acudir.
De Tina Escaja Antología de la Poesía Española Contemporánea de los 50 al Ciberpoema (2002. Buenos Aires: Editorial Tres Haches. Introducción Tina Escaja.)
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