ASCENSO
EN MAYO
Ya todos mis maestros han muerto menos el silencio
Intento leer lo que los cinco álamos están
escribiendo
En el vacío
***
De todas las bestias sólo al hombre la muerte otorga
la justicia
Yo deseo
Hincarme ante una entrada vacía desde donde se
escuche un canto
***
Quien hizo el tiempo también nos regaló a sus tontos
Tiempo ceñido en relojes con divisiones al gusto
Que cruzan las fronteras de reinos invisibles
***
Para alcanzar el éxito considera los hechos desde su
pasado
Considérate inevitable y date crédito por ello
Si crees de pronto que has perdido la fe amplía el
templo
***
A lo largo del día las estrellas innombrables pasan
por la puerta
Las que vienen desde allá desde la muerte
Sin preguntas
***
Los muros de luz se estremecen y un búho despierta
en el corazón
No puedo recurrir a las palabras
El sol va a ponerse en otra parte
***
Antes de caer la noche bajo la puerta vuelan pétalos
incoloros
Y las sombras
Recuerdan a sus ancestros en la casa más allá de la
muerte
***
Al final de su procesión por la piedra
Al caer
El agua recuerda cómo reír
[P.L.G.]
LENGUAJE
Hay ciertas palabras
que son hoy de nuestro conocimiento que no usaremos nunca más, y que nunca
olvidaremos. Las necesitamos. Como la parte de atrás de una pintura. Como el
tuétano y el color de nuestras venas. Para estar seguros, las alumbramos con la
linterna de nuestro sueño, y allí están, temblando ya por el día del juicio. Serán
enterradas con nosotros y resucitarán como todos los demás.
[A.B.]
TESORO
Al comenzar a cavar nos
dimos cuenta de que no éramos los primeros. Con todo y nuestros conocimientos
de historia, nos quedamos sorprendidos. Otros han cavado antes que nosotros. ¿Lo
encontraron? ¿Se lo llevaron? ¿Cómo supieron que estaba allí? ¿Estuvo siempre
allí? ¿Por qué? ¿Qué era en realidad? ¿Todavía está allí? ¿Qué pasó con ellos?
Y esto, una vez más, es historia. Lo cual
nos deja en la misma ignorancia.
Seguimos cavando. Nadie ha estado aquí
mañana antes que nosotros.
Y cavamos a solas. El verdadero
presente es el lugar donde sólo uno puede estar parado, y está parado allí por
primera vez.
[A.B.]
ÁRBOLES
Estoy viendo los
árboles
Creo que son de las
cosas que voy a extrañar más
De la tierra
aunque muchos de los
árboles que he visto
ya no los puedo
recordar
y si bien es raro que
yo abrace a los árboles que veo
y nunca he sido capaz
de hablar
con ninguno
los escucho tiernamente
nunca han sido tocados
por sus nombres
han estado erguidos
alrededor de mi sueño
y cuando tuve prohibido
treparme en ellos
me acunaron en sus
ramas.
[A.B.]
BERRYMAN
Les
voy a contar lo que me dijo
en
los años justo después de la guerra
como
la llamábamos entonces
la
segunda guerra mundial
no
pierdas tu arrogancia todavía me dijo
ya
lo podrás hacer cuando seas viejo
pues
sí la pierdes demasiado pronto
sólo
harás de reemplazarla con vanidad
sólo
una vez me sugirió
cambiar
el orden acostumbrado
de
las mismas palabras en un verso
para
qué señalar dos veces la misma cosa
me
sugirió que le rezara a la Musa
que
me pusiera de rodillas y rezara
allí
mismo en el rincón y lo decía
en
el sentido literal de la palabra
era
en los días antes de la barba y la bebida
pero
ya estaba muy metido en sus propias ondas
y
las navegaba con el mentón y la cabeza
inclinados
como una balandra al garete
era
más viejo que lo que las fechas decían
mucho
más viejo que yo andaba en los treintas
y
hablaba con un acento nasal afectado
que
creo había adquirido en Inglaterra
por
lo que toca a las publicaciones me aconsejó
que
cubriera la pared con las cartas de rechazo
sus
labios y los huesos de sus largos dedos temblaban
con
la vehemencia de su visión sobre la poesía
me
dijo que la gran presencia
que
permite todo y todo lo transmutaba
en
la poesía era la pasión pues la pasión
era
el genio y él alababa el movimiento y la invención
apenas
había comenzado yo a leer
cuando
le pregunté cómo podía estar seguro
de
que lo que uno escribe es realmente
bueno
y me contestó que era imposible saberlo
es
imposible nunca puedes estar seguro
te
vas a morir sin saber de cierto
si
algo de lo que escribiste valía la pena
y
si tienes que estar seguro mejor no escribas
[A.B.]
De W.S. Merwin Después de los alfabetos/Antología poética,
1952 -1993 (1996. México D.F.: Editores del Hotel Ambosmundos. Prólogo:
Octavio Paz, W.S. Merwin y Alberto Blanco. Traducción y selección: Alberto
Blanco y Pura López Colomé.)
https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2013/01/muy-feliz-feliz-2013-continuacion-un.html
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