12. un cuento
en cerdeña chocó un tren
el cuerpo de una británica
el cuerpo de un italiano
están juntos ahora sin vida
fueron despojados de todo
y se aferraron a sus libros
un gesto de fe y de amor
sus lecturas están en el aire
ella leía leopardi él byron (creo)
las pericias dirán el resto
acá quedaron las palabras
25. Variaciones sobre un poema de Bettina Brentano
25.a Rápidamente cae el sol en la tarde*
Rápidamente cae el sol en la tarde,
Se apaga el fresco azul en brasas púrpuras
La quietud del ocaso bebe todas las cimas.
La marea brama y se desploma en espumas de plata,
Empuja impasible a la juventud hasta su agotamiento
Se mece el mapa estelar en el espejo de las olas.
Sobrevuela en silencio el águila, arriba en el cielo,
Persistente como en un profundo sueño;
No precisa de ramas, silencia todos los vientos.
Sonriente, sin esfuerzo, con divino ritmo,
Como todo el cielo atraviesa la niebla
Marcha Helios flotando sobre las campiñas.
Húmedos por el encantador rocío los divinos labios
Entonan la canción del espíritu entre todos los espíritus,
Fluye la fuerza entre todas las fuerzas.
En los tiempos de las melodías del destino,
Armónicamente se entretejen unas con otras
Como en las flores las tonalidades claras y oscuras.
Y la rejuvenecida sabiduría heladas cimas
Levanta desde el caos de las viejas mentiras
Asciende hacia el espíritu ideal.
Se mecen con suavidad las flores en la orilla
Las despertó de un dulce letargo su canción
De una dulce canción en el sueño.
¿No debería espiar la divinidad?
¿No debería espiar la divinidad?
Así vería el sagrado esplendor de las flores,
Vería la abundancia de la vida por la mañana,
A la naturaleza respirar como si recién naciera.
¿Pero sabría que no ha sido ningún sueño?
25.b
Se desliza en una pendiente
Hasta apagarse en silencio
Entonces la estampida eterna
Derrama su agitación
En el lecho del sueño
Esparce un manojo de signos
Huellas de espuma en el cielo
Se rinden los miembros
Se reanima desde su fosa la melodía
No necesitamos remover
Más que piedra
Para arrancar de la sensación algo cierto
El mar restaura sus espectros el mar
En la noche suprime el lenguaje
Con su lengua nos trae
El trabajo continuo de la memoria
25. c
cargás la noche
suprimís el día
queda restaurado
el silencio despoja
a las piedras del tiempo
reanimados por la vida
un golpe de aire
rendidos
conmovidos por el intenso
y continuo péndulo del mar
derramados por nosotros
estampados de sombras
ahogados por el sueño
deslizados
apagados
25.d
flores en la orilla de un cañadón
soles pequeños sumergidos en la noche
aquí llegan los espectros vencidos
la extenuante marcha no tiene fin
en este suelo de penurias de arcilla pero nuestro
se alimentan de la luz y de su eterna canción
y abren un silencioso canal en la oscuridad
*“Eilt die Sonne nieder zu dem Abend”, en Die Günderrode, 1840.
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