domingo, 20 de enero de 2013

Domingo, un poema de Gabriel Ferrater (Reus, Tarragona, 1922 - San Cugat del Vallés, Barcelona, 1972) traducido por María Àngels Cabré


Domingo

Los pájaros de la luz se van a dormir
y nos dejan en las ramas un sutil
temblor de pequeñas verdades.
Hay que perder el alma de arbusto. Otro
sentimiento transitorio se ha gastado.
Nos levantamos y, con miedo de no saber
recordar a tiempo quiénes somos y qué queremos,
regresamos muy despacio. La tarde,
una brasa a imagen nuestra, nerviosa
pero abnegada madre de la ceniza,
se apaga y se respira el mal olor
del tabaco enfriado. Hemos estado solos,
pero ahora atascamos los cuellos de botella
(codo con codo, pasos que se entorpecen)
para verter dentro del pueblo el impreciso
recuerdo de unos campos rotos, aluviales
restos de camiones, de unos caminos cortos
como un aliento cansado y unos árboles vivos
ya convertidos en leña. Nos confundimos
con los que se han quedado y que ahora salen
de los bailes y de las cuevas de penumbra
gelatinosa, y todos pisamos besos
que la tarde ha endurecido y ahora se parten
en dos valvas, como un mejillón, y caen.
Un niño a quien se le ha reventado el globo
lanza un llanto viperino. Ninguno de nosotros
se ve en lo alto de la escala de los seres.

De Gabriel Ferrater Las mujeres y los días. Poesía completa (2002.Barcelona: Editorial Lumen S.A. Prólogo de Luis Izquierdo. Traducción de María Àngels Cabré.)

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