sábado, 24 de abril de 2021

24 de abril de 1895, fragmento de Diarios de José Martí (La Habana, 1853 - Dos Ríos,1895)…:

 



24 de abril

 

Por el cañadón, por el monte de Acosta,por el roncaral de piedra roída,con sus pozos de agua limpia, con sus pozos de agua limpia en que bebe el sinsonte y su cama de hojas secas, halamos, de sol a sol, el camino fatigoso. Se siente el peligro. Desde el Palenque nos van siguiendo de cerca las huellas. Por aquí pueden caer los indios de Garrido. Nos asimos en el portal de Valentín, mayoral del ingenio Santa Cecilia. Al Juan fuerte, de buena dentadura, que sale a darnos la mano tibia; cuando su tío Luís lo llama al cercado: “Y tú, ¿por qué no vienes?”. “¿Pero no ve cómo me come el bicho?” El bicho, la familia. ¡Ah, hombres aniquilados, salario corruptor! Distinto, el hombre propio, el hombre de sí mismo. ¿Y esta gente? ¿Qué tiene que abandonar? ¿La casa de yaguas, que les da el campo, y hacen con sus manos? ¿Los puercos, que pueden criar en el monte? Comer, lo da la tierra; calzado, la yagua y la majagua; medicina, las yerbas y cortezas; dulce, la miel de abejas. Más adelante, abriendo hoyos para la cerca, el viejo barbón y barrigudo, sucia la camiseta y el pantalón a los tobillos y el color terroso y los ojos viboreznos y encogidos: ¿Y ustedes qué hacen? “Pues aquí estamos haciendo estas cercas.” Luis maldice y levanta el brazo grande por el aire. Se va a anchos pasos, temblándole la barba.


De José Martí Diarios (1997. Barcelona: Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Prólogo de Guillermo Cabrera Infante.)



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