Mitad de la Vida (Friedrich Hölderlin)
Con amarillas peras
y llena de rosas silvestres
asoma la tierra en el lago;
vosotros, cisnes benignos,
sumergís vuestra testa
en el agua sagrada y virgen.
¡Ay de mí! ¿Dónde buscar
durante el invierno las flores,
dónde el fulgor del sol
y las sombras del suelo?
Están los muros en pie
mudos y fríos, en el viento
rechinan las veletas.
Con la lectura de este poema de
Hölderlin, traducido por
Luis Cernuda en colaboración con
Hans Gebser se diluyó en un susurro de cielo estrellado -que auguraba domingo con lluvia- la improvisación espontánea que funcionó como cierre de la primera de
"Las Tardes de San José" entre todos los que participamos, el 20 de marzo pasado. Una jam que además de invocar a la tormenta daba la bienvenida para
Fernando Undertone, que hacía instantes había llegado a Muñiz desde el barrio de Lugano, justo cuando estábamos por dispersarnos hacia la cocina, para hornear las empanadas que había preparado
Amalia Durand. No quedaron rastros de las tortas que ella había preparado, con mucho cariño, a esa altura del atardecer. Muchos vecinos siguieron los conciertos desde las banquetas de dos heladerías cercanas y varias familias tipo los siguieron arriba de sus autos, estacionados a ambos manos de la calle. Éste detalle fue imperceptible en aquel momento aunque revelador días después -a medida que me iba enterando-, dado que mientras transcurría la jornada, nadie hubiera podido imaginar que desde una Kangoó con vidrios polarizados, una fiorino azul, un
auto rojo, una renó doce blanca, un rastrojero y una Picasso, entre otros vehículos, pasarían muy entretenidas, como si estuvieran en un autocine, algunas personas...
Mención especial para el transeúnte Crystyan Dyaz que pasaba por la vereda, se quedó un rato parado en la reja mirando todo, animándose a entrar ante las señales viales de "pase pase tiene paso" que le hizo
DJ Tríptico. Dyaz cayó encandilado -como todos- con la tocada de la mitad de los Putch que se hizo presente:
Afelio Paolucci y
Mundo Berias. Aún sin la presencia del otro 50% -
Pila y
Fito-, los
Putch siguieron jugando al tiro al blanco como buenos trabajadores de la lengua y proezas de corazones legendarios como
John Cale o
Leonard Cohen, fueron desmenuzadas por ellos con saña caligráfica de expertos francotiradores. En "Caligráficamente", los
Putch gargarizaron el mix de ruido blanco que emanaban los punteos de la mandolina de
Afelio con las gárgolas ancestrales de lenguaje teutón que aullaban desde el vasto bajo y boca del histórico
Mundo.
Federico Durand cerró con intensidad oceánica -bien al frente e in crescendo- su delicado ambient experimental de exportación y a modo de apertura el candor
ahoraeterno del
Peregrino Bernardo regaló una oda al pájaro carpintero y los mejores augurios de que pasaríamos una tarde memorable.
¡Hasta las próximas tardes entonces!
¡Gracias y bienvenidos!
Nicolás
qué buenas fotos!!!!!
ResponderEliminarDe veras, buenas fotos! Gracias Petite Lu por comentar! Fue una lástima que no hayas podido venir a la primera de Las Tardes...Gracias por comentar aquí y postear allá -en tu blog- sobre mi lectura en la librería de Los Hermanos Tanner, la semana pasada. Grandes saludos!
ResponderEliminarN.
Nico, recien veo esta nota y chusmeo tu blog. Que lindo dia! Gracias a vos tambien por abrir las puertas de tu casa! y que se repitan las tardes de San jose, fue un encuentro muy lindo!
ResponderEliminar