domingo, 19 de enero de 2020

SONATA DEL DOMINGO incluida en CRÓNICAS DEL PAÍS DE NUNCA JAMÁS (Nuevos caprichos de Juancito Caminador y Otros testimonios) de Raúl González Tuñón (Ciudad de Buenos Aires, 29 de marzo de 1905 - Ídem, 14 de agosto de 1974):


























SONATA DEL DOMINGO


     El domingo es una ventana por la cual se puede mirar el mundo sin apuro.
     Por la mañana juegan los escolares sueltos su rabona legal con tejos de sol.
     Por la noche se encienden los acordeones de la nostalgia inmigrante cerca del puerto y los mercados de abasto.
     Aunque llueva sobre la antigua risa del domingo siempre hace sol en el corazón de las gentes humildes, de los poetas y de los ladrones.
     Domingo ingenuo en el Zoológico, sugestión de selva cuyo trencito rubrica la emoción infantil.
     Frenético en el Hipódromo, donde las espuelas de la nerviosidad se clavan en los ijares de la pasión popular.
     Los carteles de los cines se agrandan y las calles se ahondan en los ojos de las “estrellas”.
     Durante la temporada de fútbol explota el bosque humano en las canchas; éste es el domingo con camiseta.
     Es el único día que se llenan los circos pobres.
     Y en el barrio de los Bancos, donde languidecen a diario tantas vidas bajo la luna enfermiza de las pantallas verdes, el domingo es una calle larga de soledad, un largo bostezo de silencio.
     En las barrancas de Belgrano y en los baldíos de los arrabales tristones, enaltecidos por las margaritas silvestres, se desploma la cristalería de la risa de los chiquilines.
     Lo saludo en los andamios sin arañas y en las fábricas muertas.
     En el silbato del trencito del manisero que va por los rieles de la tarde.
     En la cocinita de los conventillos recalcitrantes.
     En los sueños imposibles de los pálidos horteras.
     En el caballete trashumante de los “pintores del domingo”.
     Y cuando llueve y se forma un charco y un niño corre en busca de papel para fabricar un barquito, para construir un sueño.
     En el recuerdo.
     Siempre hay un domingo en el recuerdo. Y “uno puede romper con las cosas reales ­ —dijo Chateaubriand-, pero con los recuerdos”…


De Raúl González Tuñón Crónicas del país de nunca jamás (1965. Buenos Aires: Ediciones La Rosa Blindada.)

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