domingo, 29 de septiembre de 2024

DER GESANG y DOMINGO DE CENIZA, dos poemas de Enrique Solinas (Buenos Aires, 1969):

 








DER GESANG

 

Hoy es domingo y nada

es fácil de este lado

del corazón.

 

Hemos sobrevivido

a todo,

a la palabra nunca,

a siempre,

para poder decir

que contemplar

el mundo

es un milagro.

 

Bajo la luz del cielo,

canto mi muerte

y escucho las voces

de los que ya no están.

 

Y soy un extranjero

mudo,

en mi propia tierra,

bajo la luz del cielo.

 

 

DOMINGO DE CENIZA


                                                           a Diana Bellessi

Es domingo y siente que no está

en el lugar donde la noche crece
como una luz que guía
en la penumbra
los pasos hacia el porvenir.

Desorientado existe y siempre espera
la mano que lo lleve hacia arriba,
hacia Dios, hacia su cuna,
hacia la otra orilla,
donde la vida de verdad lo espera
y es comienzo y no fin,
de su propia historia.

Tiene miedo y sabe que está bien,
que el temor nos recuerda
nuestra parte humana,
que no podemos todo,
que a veces debemos
permitir una ayuda,
que es bueno dejarse sostener.

Entonces es domingo
y no hay nada que decir,
nada que esperar.
Sólo saber
que este dolor que siente
no lo entiende,
que el dolor en sí
es gratuidad.

Llega la noche y crece,
pero en otro sitio.
Llega la noche y crece
hasta abarcar el mundo.

Entonces es hora de pensar
en lo que realmente importa:

¿Qué hará el muchacho,
                ahora,
que lo ha perdido todo?

¿Qué va a hacer el muchacho
                ahora,
con tanto dolor?

 


De Enrique Solinas El pozo y la cima (2022. Valencia: Editorial Pre-Textos. Colección La Cruz del Sur.)




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