DOMINGO: desde mi balcón, veo a la vecina de la planta baja
del edificio de al lado, la señorita Malgosia, una amante de las
plantas y los animales, que está cepillando a su gata pelirroja
en el patio. Brilla el sol. Una imágen idílica. Por lo visto, la
gata pelirroja está encantada con el tratamiento, se retuerce
con coquetería en el regazo de su ama, su cola se vuelve
enorme y ahuecada.
EL POEMA ES COMO EL ROSTRO HUMANO: un objeto
que puede medirse, describirse, catalogarse, pero también
un llamamiento. Uno puede responder al llamamiento o
ignorarlo, pero difícilmente conseguirá tomarle las
medidas con una cinta métrica. Resulta difícil medir la
altura de una llama con la ayuda de una regla de escuela.
OJALÁ SUPIÉRAMOS RELATAR cómo estas dos oleadas
de realidad, los ensueños y el mundo, se encuentran, luchan
entre sí al no poder entenderse, forman alianzas efímeras
que rompen enseguida, intercambian miradas ausentes al
rayar el alba y vuelven a entablar contacto al anochecer,
cuando arremeten apasionadamente el uno contra el otro
con una mezcla de amor y odio, y finalmente, agotados,
se adormecen a la orilla de una carretera que no conduce
a ninguna parte, en la cuneta, allí donde las malas hierbas
despiden una fragancia embriagadora.
“ELLOS NO HACEN MÁS QUE VIVIR”. Yo también. Vivo
con ellos y moriré con ellos.
CAMINABA POR PLANTY: una niña pequeña en patineta
pasó por mi lado a toda prisa y en aquel mismo instante
comprendí la naturaleza del movimiento. Pero no sé explicar
esto con palabras.
UNA DE LAS PREGUNTAS MÁS IMPORTANTES que seguramente se plantea todo lector de poesía y todo autor de poemas al menos de vez en cuando: lo poético, esa luz sin la cual no habría nacido ningún gran poema, ¿existe sólo en nuestra imaginación, en las ilusiones placenteras, hijas de la inspiración y del éxtasis, o bien tiene una correspondencia en la realidad? ¿Es solamente un salto del ingenio, una fiesta de la fantasía, un festival de la lengua que saca a colación su caudal inagotable como lo haría un atleta de feria, o es la percepción de algo que permanece oculto en el día a día, a pesar de existir de veras? De la respuesta a esta pregunta dependen muchas cosas. Yo mismo, si alguien me preguntara, diría que a menudo tengo mis dudas y a veces me temo que esta luz sea solo el fuego de San Telmo que arde en la punta del mástil de nuestra imaginación. Pero, bien mirado, tras librarme de las dudas y poner pie en un lugar limpio y seguro, respondería que, dígase lo que se diga, lo magnífico y extraordinario de la poesía (algo extremadamente raro) tiene su origen en la realidad, en una capa de la realidad que no queda al descubierto sino en raras ocasiones, en ese segmento del mundo que emite resplandor.
De Adam Zgajewski Una leve exageración (2019. Barcelona: Acantilado. Traducción de Anna Rubió y
Jerzy Slawomirski.)
https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2022/02/tan-solo-cinco-fragmentos-de-una-leve.html
https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2014/06/momento-un-poema-del-poeta-adam.html
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