domingo, 3 de abril de 2022

Domingo de Moebius, un poema de Elvio E. Gandolfo (San Rafael, Mendoza, 1947)...:

 



Domingo de Moebius


Cuando es martes,

a veces piensa que es

domingo. Cuando es

domingo, siempre lo sabe.

Cuando es miércoles,

a veces cree que es

domingo. El jueves,

también. El viernes,

en cambio, siempre

tiene algo de viernes,

un músculo que se mueve,

alguien que llama.

Llueve, llueve y cansa

el lunes.


En cualquiera de

esos días lo invade

un sentimiento especial,

sereno, cultivado.

Pone la silla cerca

de la ventana, mira,

se cruza de brazos

y deja pasar

el tiempo.

Tiene la cara como

colgada hacia dentro.

Es raro, pero así

descansa, mirando,

en silencio, de frente,

o haciendo girar lento

el cuello. Caminar y

pasar a la pieza

de al lado, o palpar

las llaves en el bolsillo

de atrás, lo van llevando

a la puerta de entrada,

y sale. Si no, recorre

a distintas horas y

con luces o sombras que

entran por la ventana

el largo corredor

del departamento.

A veces se tiende un rato

en la cama y mira,

deja pasar

el tiempo, pero

la cara le cambia,

sonríe. Algo lo habita,

esquivo, luminoso,

parejo, algo trata

de decir algo,

pero se queda

callado. A veces

deja que se le caigan

los párpados, acomoda

el cuerpo sobre

el colchón, duerme.

Cuando despierta, se

pregunta si será domingo.

Se levanta y pasa

al baño. Bosteza, de pronto

silba un tango sentimental.

A esa altura ya sabe que es jueves.

Lee un rato, no mucho. Prende

el aparato de TV, lo apaga,

ve una película en la computadora,

la cambia. Ve el principio

de una serie: “no”, se dice:

“otra trama nórdica con

tomas aéreas de drones

que achican los autos

en los amplios espacios helados”.

Apaga todo.


Se queda parado

en el corredor, sigue:le

llama la atención el tono

del techo. De pronto se da

cuenta: “es la parte de abajo

del jueves: no me di cuenta”.

Descubre que el tono lo hace

semejante al domingo. Avanza

y tiene que hacer equilibrios.

Camina cabeza abajo. Desemboca

en el martes. El color del techo

(ahora el suelo) lo tranquiliza.

No pasará ni siquiera cerca

del domingo. “Menos mal”,

piensa aliviado. Palpa

las llaves en el bolsillo

de atrás. Va a salir por

unas horas. Silba entre

dientes, automáticamente,

mientras pone el cuerpo

en movimiento.


De Elvio E. Gandolfo Tengo ganas de risas raquel/ Obra poética (2022.

Paraná: EDUNER, Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos.

Prólogo: Roberto Appratto.Ilustraciones: Max Cachimba. (Aura(

Colección Contemporánea.)

















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