domingo, 23 de agosto de 2020
Algunos fragmentos de “Pavo muerto para el amor”, poemario de Edwin Madrid (Quito, Ecuador, 1961)…:
Pasar
la tarde
Para la potencia de
este plato, necesitamos dos kilos de mariscos ricos en yodo: choros, ostiones,
ostras; también puede agregar corvina, atún y salmón. A esto suelte una buena dosis
de vino blanco, una pizca de sal y otra de soya, hongos frescos cortados en cuadritos,
mezclados con cebolla colorada y pimentones
en trozos circulares. Déjelo así durante tres horas. Antes de servir, eche un chorrito de aceite de oliva y gotas
de limón. Verá que por el resto del día su
pareja no querrá salir de la cama aunque bombardeen la alcoba.
Pavo
muerto para el amor
Un pavo con media
botella de vino adentro, no logra dos pasos en línea recta, va de aquí para
allá como una canasta de plumas. No mira donde pisa, sus pies se enredan y se
resbalan, trastabillan, caen, no encuentran el camino de la cordura. Busca el
mundo de las ensaladas, la frescura de las lechugas, los gemidos de la nuez o el contrasentido de
una salsa que lo ame. Es un pavo erótico listo para tenderse sobre cualquier
mesa amorosa.
Elaboración
del pan
El amor, un pan suave
que se come duro.
Cena
o escena
Picó la ruccula y la
endivia con desgano; echó sobre ellas migas de almendra y madacamia, vinagre
con jerez y aguacate. Al tomar el lomo de ternera en sus manos, parecía que
destajaba el corazón de su enemiga. Acomodó la mesa, sin brillo ni fragancia, y
se sentó a esperar. Cuando él llegó, cenaron en silencio. El resto se publicó
en el diario de la tarde.
Moraleja
Solo dijimos: a caballo regalado no se le mira los dientes.
Y devoramos las piedras que colocaron sobre la mesa.
Comida
El cuerpo se alimenta
de comida amorosa, lo demás es polvo en el viento.
De
Edwin Madrid Pavo muerto para el amor (2012. Córdoba - Argentina: Alción
Editora. Colección Periferias destinada a la publicación de poetas
latinoamericanos.)
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