miércoles, 6 de mayo de 2020
RIMBAUD A LOS SUYOS, una carta -con fecha 6 de mayo de 1883- de Jean Nicolas Arthur Rimbaud (Charleville, 1854 - Marsella, 1891) traducida por Federica Rosenfeld (Buenos Aires 1941- 1998):
RIMBAUD
A LOS SUYOS
Harar, 6 de mayo
de 1883
Mis queridos:
El 30 de abril recibí en Harar la
carta del 26 de marzo.
Dicen haberme enviado dos cajas de
libros. Recibí una sola en Aden, aquella por la cual Dubar decía haber ahorrado
veinticinco francos. La otra probablemente llegó a Aden ahora, con el
grafómetro. Porque les había mandado, antes de partir de Aden, un cheque de 100
francos con otra lista de libros. Tienen que haber recibido ese cheque y
probablemente comprado los libros; en fin, no estoy ahora muy al corriente de
las fechas. Próximamente les enviaré otro cheque de 200 francos, porque
necesitaré lentes para fotografía. Este encargue fue bien hecho; y, si
quisiera, volvería a ganar rápidamente los 2.000 francos que me ha costado.
Aquí todo el mundo quiere hacerse fotografiar; se paga hasta una guinea por
fotografía. Aún no estoy bien instalado ni al corriente; pero lo estaré pronto,
y les enviaré entonces cosas muy curiosas. Incluyo dos fotografías de mí mismo por mí mismo. Estoy de todos
modos mejor que en Aden. Hay menos trabajo y mucho mejor aire, más verdor, etc…
Renovaré aquí mi contrato por tres
años, pero creo que el establecimiento cerrará pronto, ya que los beneficios no
cubren los gastos. En fin, convinimos en que el día que me despidan, se me dará
tres meses de indemnización. A fin de año, cumpliré tres años completos en esta
casa. Isabel hace mal en no casarse si se presenta alguien serio e instruido,
que tenga un porvenir. La vida es así y la soledad no es grata aquí abajo. En
cuanto a mí, lamento no estar casado y tener una familia. Pero actualmente
estoy condenado, ligado a una empresa lejana, y cada día pierdo más el gusto
por el clima y la manera de vivir y aún la lengua de Europa. ¡Ay! ¿Para qué
sirven estas idas y venidas, estas fatigas y aventuras entre razas extrañas, y estas lenguas de que
uno se llena la memoria, y estas penas innumerables, si no podré, dentro de
algunos años reposar en un sitio que me agrade y contar con una familia, y
tener por lo menos un hijo que pase el resto de mi vida educando según mi idea,
dándole la instrucción más completa que se pueda obtener en esta época, y que
vea convertirse en un ingeniero de fama, un hombre poderoso y rico por su
ciencia? Pero ¿quién sabe cuánto podrán durar mis días en estas montañas? Y
puedo desaparecer, en medio de estos poblados, sin que se sepa más de mí.
Ustedes me hablan de las novedades
políticas. ¡Si supieran lo indiferente que me resulta! Hace más de dos años que
no toco un diario. Todos esos debates me son ahora incomprensibles. Sé como los
musulmanes que lo que llega llega, y eso es todo.
Lo único que me interesa son las
novedades de casa y me hace siempre feliz reposar en el cuadro de sus trabajos
pastorales. Lástima que haga tanto frío y sea tan lúgubre el tiempo por allí,
en invierno. Pero ustedes ahora están en primavera, y el clima que tienen
corresponde al de aquí ahora.
Estas fotografías me representan, una,
de pie en una terraza de la casa; la otra, en una plantación de café; otra, de
brazos cruzados, en una plantación de bananas. Todo se ha vuelto blanco a causa de una mala calidad del agua que me
sirve para lavar. Pero haré mejores trabajos en el futuro. Esto es sólo para
recordarles mi figura y dar una idea del
paisaje de aquí.
Hasta pronto.
RIMBAUD
De Empresa
Poética (1986. Buenos Aires: Empresa Poética para la Investigación y
Difusión de la Poesía. Año 3- Número 5- Julio/Diciembre 1986.)
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