sábado, 27 de noviembre de 2021

UN SENTIMIENTO DULCE, un poema de Jaime Siles (Valencia, 1951)...:

 



















UN SENTIMIENTO DULCE



Estos últimos años he estado

despidiéndome de todos y de mí:

diciendo adiós a cada cosa,

cada perfil, cada palabra

y, por primera vez en mi vida,

he sentido eso que se llama piedad

y que es -o puede ser- un sentimiento dulce

que nos hace mirar hacia nosotros mismos,

pero no con el vértigo de su relieve ácido

sino con un amor a todo lo que somos

y a cuanto con nosotros se dispone a morir:

una tarde en penumbra, una mañana absorta,

el vuelo de las aves, una ciudad con torres y espadañas,

el recuerdo del mar, una conversación con los amigos,

la lección de un maestro, el rapto del amor,

lo que aprendimos, lo que no sabemos,

lo que con nosotros vivirá, lo que quisimos,

y lo que no nos quiso, lo que nos dejó a un lado,

lo que ni nos miró, lo que nos dice adiós

de todas las maneras, y los puntos del tiempo

a los que no se puede regresar.

Me despido de todos y de todo,

no de vosotros sólo: me despido, sobre todo, de mí,

con quien sé que nunca más voy a encontrarme-

que otro cruza la calle que yo piso,

que otro lleva la ropa que yo llevo,

que esta boca que dice lo que dice

no ha sido ni es ni será nunca lo que yo;

que quien escribe este poema es otro

distinto también a quien lo lee

y que la identidad es un magma

de muchas y muy pequeñas cosas

que cada día hay que recuperar

porque, si no, se extingue, se diluye, se borra

como ahora mismo yo, y también tú, me voy,

nos vamos, borrando y diluyendo,

en una página no escrita o en algo aún por escribir,

hacia dentro de algo

que queremos creer que es uno mismo,

pero que no lo es: es siempre otro el que nos acompaña;

es siempre otro lo que llamamos yo.

Por eso la vida es un exilio

pero no de un punto sino de todo el tiempo

y de todas las personas que hemos sido

que somos y seremos dentro de él

y de las que nos vamos imperceptiblemente despidiendo

en ese adiós a cada uno de nosotros

que aparece en la vida en momentos de niebla

y que, por eso mismo, focaliza el instante

y lo convierte en símbolo

de la presencia en sombra que ha sido lo que llamamos yo,

lo único nuestro que no nos pertenece,

lo único que nunca volveremos a ser,

lo que ya fuimos, lo que no seremos,

un escorzo de sombras

batidas por el fuego de la imaginación.

Revivir el instante, revivir el instante

antes de que todo sea sólo su fin.



De Jaime Siles Himnos tardíos (1999. Madrid: Colección Visor de Poesía.)


https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2020/06/blog-post_26.html


https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2020/11/noviembre-1836-un-poema-de-william.html


https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2017/06/un-poema-de-jaime-siles-que-pertenece.html


https://nicolasdominguezbedini.blogspot.com/2017/06/algunas-postales-del-poeta-piero-de.html









No hay comentarios:

Publicar un comentario