jueves, 16 de diciembre de 2010
Recuerdos del invierno 2: II Festival de Poesía en el Centro & Quiero que me dejes en el fondo del mar
Entre los días 7 y 14 de julio se llevó a cabo en el Centro Cultural de la cooperación Floreal Gorini, el II Festival de Poesía en el Centro. Solo pude asistir a la apertura donde leyó el poeta peruano Antonio Cisneros ("...Tuve jornadas que excedían en mucho a las 12 horas/ y mis sueños fueron oficios rigurosos...", de su Canto Ceremonial contra un Oso Hormiguero) y al cierre con la presencia de Mario Trejo y el Tata Cedrón. En uno de esos dos días del festival -creo que después de la lectura de Cisneros-, me encontré cuando estaba saliendo del lugar, con el poeta Joaquín Oreña, quién me obsequió -con dedicatoria entusiasta- su primer poemario Quiero que me dejes en el fondo del mar, editado en 2009 por la Editorial Huesos de Jibia. A continuación, transcribiré el poema con el que se cierra dicho primer libro de Oreña, Joaquín:
el presente
quiero que me dejes en el fondo del mar
que me dejes enamorado
cuando estoy frente a la televisión
en realidad mis ojos
no pueden impedir nada
no quiero apropiarme de ninguna imagen
exterior
y que sea mentira
la belleza es igual a la verdad
¿pero está mal
si yo banalizo esta tópica extemporánea
de la filosofía
por mirarte?
vos no te das cuenta de eso
porque siempre llevás el pelo mojado
y ninguna preocupación
ocupa tu cabeza
como yo
también sabés que los pensamientos
lo único que nos dan
es algo de tiempo
en sus maneras improbables
el agua es transparente
y la boca siempre recibe con calma
cuando no existe la sed
la vulnerabilidad
tiene su costado creativo
porque las cosas se suceden
sin darnos cuenta
dicen que el invierno siempre es joven
que si la nieve se derrite
y a veces llega hasta ponerse negra
es por nuestra culpa
en el presente
las fotos rara vez
vuelven a imprimirse sobre papel
ahora sólo las vemos
a través de una computadora
el presente
quiero que me dejes en el fondo del mar
que me dejes enamorado
cuando estoy frente a la televisión
en realidad mis ojos
no pueden impedir nada
no quiero apropiarme de ninguna imagen
exterior
y que sea mentira
la belleza es igual a la verdad
¿pero está mal
si yo banalizo esta tópica extemporánea
de la filosofía
por mirarte?
vos no te das cuenta de eso
porque siempre llevás el pelo mojado
y ninguna preocupación
ocupa tu cabeza
como yo
también sabés que los pensamientos
lo único que nos dan
es algo de tiempo
en sus maneras improbables
el agua es transparente
y la boca siempre recibe con calma
cuando no existe la sed
la vulnerabilidad
tiene su costado creativo
porque las cosas se suceden
sin darnos cuenta
dicen que el invierno siempre es joven
que si la nieve se derrite
y a veces llega hasta ponerse negra
es por nuestra culpa
en el presente
las fotos rara vez
vuelven a imprimirse sobre papel
ahora sólo las vemos
a través de una computadora
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