viernes, 24 de abril de 2020

De los diarios del poeta, ensayista y diplomático griego -Premio Nobel de Literatura en 1963- Yorgos Seferis(1900, Esmirna, Turquía -1971, Atenas, Grecia) unas anotaciones correspondientes al día viernes 24 de abril del año 1959:




Viernes, 24 de abril. Guernsey.
St. Peter’s Port (Old Gt Ho. Hotel)


     10.15­ –avión desde Gatwick; en el camino buen sol; los árboles en flor. Avión Dakota; en uno igual, lleno de monjas católicas, fui de Beirut a Jerusalén. Hora y media de viaje. Alderney en medio de un mar muy en calma: sin interés desde el aire. Durante la guerra todos los lugareños fueron evacuados a causa de la ocupación alemana, que, según la Blue Guide, fue muy “correcta”.
     Sobrevolamos Guernsey con 15 minutos de adelanto a causa del buen tiempo; veo en prácticamente toda la superficie de la isla cristales que brillan al sol –invernaderos con tomates- como si estuviera toda la isla en una vitrina. Hotel (Old G[overnmen]t Ho[use]; ambiente inglés, aunque espurio. Luego en las calles (callejuelas, con escaleras, muchas veces, que llegan hasta el mar). El puerto; la marea baja, suciedades del mar depositadas, los rostros de la calle, viejos, con frecuencia idiots du villaje, caras de personas tocadas; no muy grande el interés de la isla: Quelle est cette île triste et noire?* –­­queda la presencia de Hugo, inexistente hasta el momento.

     Por la noche. Después de comer hemos ido a Hauteville House –la casa recuerda a la otra, la de place des Vosges. La presencia de Hugo: huellas de su rebosante vitalidad en las paredes, en los muebles, en todas partes: “on dirait qu’il apparaîtra”, decía la señora de Amiens que cuida la casa con su marido. Su gabinete un invernadero de tomates; increíble; una pesadilla (he escrito sobre ello a Beratis **). La alcoba: sobre la cabecera, colgada de la pared, su espada (de académico). El lavabo escondido; cuando acababa de trabajar, el Titán se desvestía y se lavaba desnudo con agua fría haciendo señas a  Juliette Drouet para que saliera a admirarlo desde su ventana –vivía en la casa de al lado. “Vous savez, c’était un petit polisson”, observó la señora de Amiens. “On peut pas dire petit en parlant de Victor Hugo, madame; tout ce qu’il faisait était grand”, le dije yo. “Oui, mais les jeunes, la jeunesse estudiantine ne l’estime plus beaucoup”, concluyó ella, severa y triste.
      (No me he traído –a propósito- una biografía de Victor Hugo; estoy leyendo a Aristófanes.)


*Baudelaire: “Un voyage a Cythère, Les fleurs du mal.
** Yanis Beratis (1905-1968), escritor griego.


De Yorgos Seferis Días 1925-1968 (1997. Madrid: Alianza Editorial. Selección, traducción y notas: Vicente Fernández González.)



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