Domingo
Los ruidos calmaron su sed en la noche.
Ahora, respiran silencio las ventanas cerradas.
Los semáforos marcan símbolos de colores,
los edificios se encogen de tan quietos.
Adentro, gente que sueña,
jóvenes ronquidos de enamorados,
niños limpios que transparentan memoria.
Mi cocina es la única despierta,
se despereza con el sonido metálico
de las tostadas que se anuncian.
Una deremonia de pan ávido en la mañana desierta.
De Mirta Mariela Krivoruchco Escenas de lo habitual(2016. Buenos Aires: Huesos de Jibia. Prólogo Natalia Litvinova
y Javier Galarza.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario