sábado, 18 de diciembre de 2021

¡QUE VIVA! y TODA VIDA…, dos poemas de René Char (L'Isle-sur-la-Sorgue, Vaucluse, 1907, París - 1988) traducidos por Javier Zugarrondo:

 
















¡QUE VIVA!


Este país no es más que un voto

del espíritu, un contrasepulcro.


     En mi país, las tiernas pruebas de la primavera

y los pájaros mal vestidos son preferidos a los fines lejanos.


     La verdad espera a la aurora junto a una vela. Despreciado 

es el vidrio de la ventana. Sin importancia para el atento.


     En mi país, no se hace preguntas a un hombre emocionado.


     No hay sombra maligna sobre la barca que zozobra.


     Buenos días a secas, es algo desconocido en mi país.


     No se toma prestado sino todo lo que se puede devolver con creces.


     Hay hojas, muchas hojas en los árboles de mi país. Libres 

son las ramas de no dar frutos.


     No se cree en la buena voluntad del vencedor.


     En mi país, se da las gracias.



TODA VIDA…


Toda vida que debe despuntar

consuma un herido.

Aquí está el arma

nada

vosotros, yo, reversiblemente

este libro,

y el enigma

que a vuestra vez seréis

en el capricho amargo de las arenas.



De René Char Los matinales seguido por:
La palabra en archipiélago (1998. Córdoba -Argentina: Alción Editora.
Traducción: Javier Zugarrondo)






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